Pero es que soy adicta a las historias de los demás. Me encantan las biografías; devoro los ensayos, artículos, documentales - cualquier cosa que me cuenta la vida de otra persona.
Pienso que sería cotilla si esto fue sólo para meterme en los asuntos de los demás - pero no es así. Es que exprimo tantas lecciones, reflexiones e ideas de cada historia. Creo que no hay mejor forma de aprender sobre la vida que ponerse un el lugar de otra persona para vivir un ratito en su mundo y ver por sus ojos.
Así que no paro de leer las historias de otras personas y esto incluye a las de los que que han participado en una adopción de alguna manera. Y estas historias suelen hablar de lo que llaman el "triángulo adoptivo" - que tiene a los biológicos en un punto, los adoptados en otro y los padres en otro. Muchas de las colecciones de historias giran alrededor de este concepto, intentando dar una buena representación de los tres puntos de vista.
Tengo una colección así que se llama "Lecturas sobre la Adopción - Madres Biológicas, Madres Adoptivas e Hijas Adoptadas Cuentan sus Historias" obra coordinada por Susan Wadia - Ells. Es emocionantes - vamos, que me han saltado las lágrimas durante más que una historia. Me ha gustado porque muestra a la vez lo bonito, lo difícil, lo triste y lo maravilloso que puede ser esta forma de hacer familia.
Me han impactado, sobre todo, algunos escritos que nos dejan ver el dilema de las madres biológicas desde varios puntos de vista. Quiero compartir aquí la historia de una madre que está luchando para que los adoptados tengan más información sobre sus "biológicos".
Lorraine Dusky fue una joven soltera que tuvo que dar a su hija en adopción en 1966. Dice que 15 años después "Fui una madre sin hijo. Fui una madre que buscó a su hija en la cara de los niños en las tiendas, el parque, cualquier sitio donde estaban niños de su edad. El mundo fue un escenario gigantesco en el que nuestros caminos podrian cruzar en cualquier momento... He hablado con bastantes mujeres como yo para saber que esto es lo que hacemos todas."
Lorraine se hizo directora de una revista y siguió las noticias sobre adopción. Leyó que para los adolescentes adoptados era más difícil establecer una identidad porque había tantas preguntas y no había una conexión con el pasado. Un día leyo en un informe de la Academia Americana de Pediatría que un individuo sano necesita saber no sólo quien es pero quienes fueron sus antepasados. Como ya había pensado en buscar a su hija algún día decidió que era importante hacerlo ya - aunque la niña sólo tendría 15 años (y se aconsejaban esperar a que estuviera mayor de edad).
Quizás era un disparate, pero recurrió a una red clandestina que ayuda a los biológicos y los adoptados a encontrarse a pesar de las leyes en los E.E.U.U. que mantienen muchos documentos en secreto. Encontró a la familia adoptiva y les llamó, preguntando por la madre. Las dos se pusieron a llorar.
Es un caso realmente interesante, porque parece que la niña ya había pedido ayuda a su madre para encontrar a sus padres biológicos y la madre se había comprometido a ayudarla todo lo que podía - así que era el momento ideal para llamar.
En esa primera llamada, Lorraine no sólo habló con la madre, sino que le pasó al padre quién, al asegurarse que no estaba loca ni que quería quitarles a la niña, le pasó con su hija - que no sabía que decir. En pocos días madre e hija se conocieron en un aeropuerto - bajo la supervisión del padre.
Desde allí se fueron forjando una relación, que según lo que he leído no es la norma, porque la niña empezó a pasar primero unos días con su madre biológica, luego un par de semanas, luego un verano y, cuando tuvo 21 años, fue a vivir un año con ella y su familia.
¿Por que transcurrió así?
Parece que tanto los padres adoptivos como la madre biológica tenían en común un único objetivo: lo mejor para su hija. Querían que fuera feliz, que tenía todas las piezas posibles de su propio puzzle. Se dieron cuenta de que cuanto más información tenía, mejor estaría. Así que parece que la dejaron marcar los pasos.
Esto no quiere decir que fuera fácil para todos los implicados. Pasaron por momentos dificiles, pero su mantuvieron unidos en su objetivo y al final parece que ha sido muy bueno para la niña.
Dice Lorraine, "Esta historia, entonces, tiene un final feliz, no sólo para mi pero también para mi hija... y sus padres adoptivos, su otra madre y su otro padre... No les llamo padres adoptivos, y ellos no me llaman madre biológica. Esos son los términos politicamente correctos entre padres adoptivos y trabajadores sociales, pero los rechazo, porque reducen a la mujer que ha tenido el niño a nada más que una máquina para producir bebés. Los dos términos - padres adoptivos y madre biológica - limitan demasiado lo que somos para (nuestra hija). Sé que algunos de vosotros dirían que ellos son sus padres verdaderos. Pero todos somos sus padres. Antes de que ellos podían ser sus padres, yo tuve que ser su madre. Y porque yo no pude hacer de madre, lo hicieron ellos."
He leído muchos comentarios así durante mis exploraciones de todas las facetas de la adopción.
Al final de la historia Lorraine nos cuenta una pequeña anécdota. Dice que una vez alguién le preguntó a su hija si habría estado feliz si su madre no le hubiera encontrado. La niña pensó un momento y dijo que "sí... pero no tan feliz."
Como digo, he leído muchisimas historias así - escritos por madres, por padres, por hijos - y parece que no es posible sobrevalorar la importancia que tiene nuestra actitud hacía la "búsqueda" de nuestros hijos - esa búsqueda de información que podría o no culminar en un encuentro con familiares biológicos. Incluso cuando no hay posibilidad de encontrar a personas, puede que nos necesiten para ayudarles a recoger información, para poder visitar su país natal etc.
Bueno, otra historia para pensar.
4 comentarios:
Ay Brenda, has dado en el meollo de un tema tan importante en este articulo con su historia estremecedora ... dices: "Parece que tanto los padres adoptivos como la madre biológica tenían en común un único objetivo: lo mejor para su hija."
Querer lo mejor para los hijos no aplica solamente en este caso, sino debería de aplicar a todos. Especialmente cuando hay importantes desacuerdos entre los padres, o un divorcio por medio.
Si los padres pudiesen ponerse delante de los ojos que lo más importante es que busquen lo mejor para sus hijos, en vez de pensar en sus egos propios, y querer tener la razón, y demostrar al mundo de que la tienen - y en el proceso olvidarse de su prioridad más importante: el bien de los hijos.
Un abrazo,
Gabriella
Gracias por tu comentario, Gabriella.
Esto de poner delante las necesidades del niño parece ser un tema central muchas veces en las "búsquedas".
Es interesante ver como es parecido a lo que pasa en un divorcio cuando dos personas necesitan compartir el niño.
No es siempre fácil y pueden surgir todo tipo de sentimientos - sobre todo el miedo de perder a tu hijo...
Pero, por lo que he leído, esto no suele ser un riesgo.
gracias, por el tiempo que nos as dedicado al escribir esto,dentro del corazon de una madre que pierde la oportunidad, y otra madre que las tiene todas, la felicidad deseada,y la fustrada, pues paso por saber que es desear a ese hijo,y la madre supo llebarlo en su vientre,sentirlo,darle su amor, tocarlo, pero se perdio lo mas bello amarlo.soy esa madre fustrada,busco a mi bebe nacio en la maternidad de barcelona un 17-19 diciembre1984.yo tenia 16años y dios sabe que deje ami familia por darle la vida, por tenerle,era lo mas bonito que puede sentir una madre,sentirle,pero por desgracia solo pude llegar a eso , mi cobardia ,y mis posibilidades, me quitaron la oportunidad de darle toda mi vida.y hoy estoy buscando para lo que quiera saber, tendras sus preguntas, tendra su momento de rabia, de indiferencia tal vez pero aun asi mi corazon y mi vida es de ella-o el.mi nombre conchi ramos munoz. gracias por ser como eres y compartir este punto tan sensible.
Conchi, tantísimas gracias a tí por compartir tu experiencia.
No sé si has leído en otra entrada que mi querida tía estaba en tu lugar también. Me enteré de su sufrimiento sólo cuando era demasiado tarde - unos días después de su muerte. Entonces todo tuvo sentido, las depresiones, la desesperanza - todo.
Pero no te desesperes. No es la actitud correcta. No te llevará a buen fin. He leído las historias de otras madres como tú que han decididos ser felices porque quieren encontrarse con sus hijos algún día como personas completas y felices - no como seres amargados.
Así que haz lo posible para ser lo más feliz posible y si algún día tienes la oportunidad de conocer a tu niño, explícale que lo has hecho por él/ella.
Soy muy sensible con el tema de las madres como tú - no sólo por mi tía, sino por mi hermana, que decidió no dar al niño en adopción (por los consejos de mi tía) y sufría mucho después.
Lo que pasa es que en mi país ya se puede encontrar a una familia adoptiva que participa en una "adopción abierta" - lo cual hubiera sido perfecto para mi hermana, que simplemente no pudo hacerse cargo del niño. Así el niño habría tenido una familia estable con la participación también de su madre.
Te deseo todo el suerte del mundo en tu búsqueda por tu niño. Espero que le encuentres y que esté abierto a tu encuentro. Hay también mucho escrito sobre eso. Conviene hablar con alguién especializado - un psicologo o trabajador social (que este abierto a los encuentros) - que te explique los posibles riesgos y te prepara para enfrentarse a ellos si hace falta.
También estoy yo para enviarte lo que puedo. Si tienes cualquier duda o pregunta te puedes contactar conmigo en mi correo personal: blpadilla@hotmail.com - mejor poner "Adopcion por Dentro" como "asunto".
Besos,
Brenda
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