martes, 28 de febrero de 2012

Adopción y Escuela






Algunas veces he escrito sobre dificultades de aprendizaje aquí en el blog - y siempre suscita mucho interés.


Tengo una amiga con una hija con problemas de aprendizaje. Durante dos años la niña ha participado en una terapia novedosa que le ha abierto horizontes nuevos. Ha podido aprobar sus cursos utilizando técnicas de estudios adaptados a sus necesidades.


Lo más bonito es el efecto que este tipo de ayuda tiene sobre la autoestima de un niño en una sociedad que valora tanto el éxito académico... Y mientras que debemos respetar las habilidades de cada uno y no tratar de convertir a nuestros hijos en premios Nobel (a menos que tengan aptitudes para serlo), si tenemos que hacer todo lo posible para que se realicen según sus capacidades.




Si tienes un hijo con dificultades de aprendizaje o problemas en la escuala, te animo a inscribirte en una charla coloquio (gratis) en Internet este viernes, 2 de marzo de 18.30 a 20.00 horas.


Marga Muñiz Aguilar es la moderadora. Es especialista en dificultades de aprendizaje y Directora de Recursos Psicoeducativos del Institito Familia y Adopción. También es la autora de "Cuando los Niños no Vienen de París".


Las plazas para participar son limitadas. Promete ser un evento muy interesante donde podemos participar, hacer preguntas y conocer más sobre este tema charlando con una experta de referencia.




Para inscribirse:


viernes, 24 de febrero de 2012

Familias en Apuros

Todo el país está hablando de los 72 niños adoptados que han sido "devueltos" - como dice la noticia. Son 72 niños solo en Cataluña, durante los últimos 10 años. Si multiplicamos esa cifra por las comunidades de España, podríamos conseguir una cifra aproximada (quizás) de las adopciones que han terminado en ruptura en este país durante la última década.


Siempre queremos buscar un culpable.


¿Es el Estado el culpable por conceder la idoneidad a todo el mundo?


Hay que señalar que un 50% de las familias que se ofrecen para ser "familias de acogida" o no consiguen la aprobación para hacerlo o deciden no hacerlo durante la fase de formación - una fase en que los profesionales les hacen ver la realidad sin filtros. A los padres adoptivos, en cambio, un 97% consigue la idoneidad porque si no lo consiguen a la primera, pueden apelarse a un consejo que muchas veces les dará la razón (y con esto yo no digo que así nunca debe ser, porque conozco padres magníficos que tuvieron que recurrir para poder adoptar y conozco casos de familias disfuncionales que no parecen haber tenido problema para adoptar).


¿Son los ECAIS los culpables?


Algunos dicen que son ellos - en el caso de la adopción internacional - quiénes deben de informar mejor a las familias y preocuparse más por la solidez de cada adopción a lo largo del tiempo.


¿Son los propios padres los culpables?


Creo que los padres que han devuelto a sus hijos son blancos bastante fáciles. En la prensa y en la calle están señalados como "caprichosos", personas superficiales que no tomaban en serio la adopción, que creen que los niños se pueden devolver.




"Para los padres... la ruptura puede ser total y catastrófica, donde han agotado todos los recursos y el niño ha hecho peligrar la seguridad emocional y físico de toda la familia."


Creo que si no hayamos pasado por esta experiencia, si no conocemos los detalles - la verdad - mejor no juzgar. Seguro que haya personas frívolas que merecen nuestra condenación, pero seguro que también hay casos escalofriantes - algunos de los cuales se podría haber evitado y otros no.


¿Son los niños los culpables?


Hay un porcentaje de niños que sufren secuelas importantes debido a los abusos, privaciones, vejaciones que han sufrido - y que no parecen capaces de recuperarse para así integrarse en una familia. Quizás hay algunos que simplemente no deben de ser adoptados... ¿Podría ser?


En "Adoption Parenting", hay un artículo de Sheena Mcrae sobre la ruptura en la adopción. Nos ofrece una visión panorámica de la situación. Según ella, un factor muy importante son las expectativas de los padres - y no estamos hablando de padres que esperan que sus hijos vayan a la universidad o que compitan en los juegos olímpicos. No. Es mucho más sencillo. Estamos hablando de la expectativa inconsciente que tenemos todos los padres de que nuestro hijo sea capaz de dar y recibir amor.


¿Sería posible recibir un niño que fuera incapaz de dar y recibir amor?


Macrae cita a dos psicólogas que creen que sí. Y he leído muchas veces, en muchos sitios que sí, que hay niños que necesitan más que amor, que no se curan ni con el cariño ni con la comprensión, que no son capaces ni de amar, ni de convivir con una familia...


Pero creo que debiéramos tener muchísimo cuidado a la hora de etiquetar al niño - sobre todo sin el asesoramiento de un psicólogo especializado en adopciones que tiene mucha experiencia trabajando con niños que han sufrido. Porque he leído el caso de alguna familia adoptiva que sometió a su hijo a un segundo abandono bajo este pretexto, para que luego otra familia le adoptara con éxito.




Cuando una familia esté en apuros, quizás hay que olvidarse de culpables para centrase 100% en la búsqueda de soluciones. Cada vez hay más servicios de postadopción en España, tanto públicos como privados, que se ofrecen para ayudar a las familias adoptivas a resolver cualquier duda relacionado o problema después de adoptar. Estos son cuatro de los servicios que conozco yo:


Adoptantis - Madrid




Instituto Adopció y Famila - Cataluña, Sevilla


Adoptia - País Vasco


Si no hay ninguno en tu zona, cualquier de ellos puede ayudarte a localizar un centro de calidad más cerca. También hay cada vez más asociaciones de familias adoptivas donde podemos encontrar apoyo y asesoramiento si estamos en busca de soluciones.


Personalmente sospecho que la culpa de las rupturas se puede repartir entre muchas personas y muchísimos factores. Esto es esperanzador, porque entonces también las soluciones podrían ser múltiples - pero habrá que buscarlas. Pongo como ejemplo un programa piloto en el País Vasco que está ayudando a familias adoptivas en apuros a encontrar soluciones - a reconstruirse, renovarse y volver a funcionar. Tenemos que fomentar iniciativas de este tipo en todo el país.


Por mucho que intentemos controlar todos los factores, seleccionando "bien" a las familias, ofreciendo formación - obligándo a las familias a asistir a cursos de formación - haciendo un seguimiento de las familias durante años, trabajando muchísmo las expectativas de las familias desde el principio... Siempre van a surgir retos. Por eso, si vamos a hacer adopciones, tenemos que invertir en servicios postadoptivos de calidad - y las tenemos que utilizar incluso mucho antes de llegar a una situación insostenible.


Algo más:


sábado, 18 de febrero de 2012

¿Cómo Responder?




Recibo muchas cartas de familias y siempre intento responder.

No puedo responder desde el punto de vista de un profesional de la adopción - un psicólogo o un trabajador social, por ejemplo - pero sí puedo responder como una madre, que lee mucho y que tiene mucha experiencia personal con la adopción.

Con el permiso de una madre, una lectora de este blog, me gustaría compartir su carta para después, comentar sobre ella:

"Tengo una hija de 4 años que hoy me ha dicho que quiere conocer a su madre biológica, tan chiquita casi me da un infarto... Ella sabe que es adoptiva desde los dos años. ¿Es común que exprese este deseo tan tempranamente?


Yo traté bastante a la madre biológica porque adopté a mi hija al nacer, y la conocí cuando estaba embarazada de 4 meses. Es una señora que tenía 9 hijos anteriores y creo que su idea fue encontrar un hogar mejor para su hija, dado que la familia biológica es de muy escasas recursos. Esta madre siempre me pareció una mujer bastante excepcional e inteligente; supongo que la tengo idealizada, pero así me parece la señora.

El tema es ¿Cómo transmitirle a mi hija que su madre bioógica es una mujer con bastantes cualidades a favor, y al mismo tiempo decidió darla en adopción. En verdad, la madre biológica estaba fascinada con la idea de que su hija iba a ser creada en la ciudad, por una persona con recursos y estudios... (yo) :)) Así que cuando pienso en las preguntas de mi hijita y en su madre biológica, a quién tengo mucho respeto y cariño, siento una mezcla de emociones... cariño, culpa y cierta tristeza porque Emma podría haber estado con su familia biológica, pero su madre decidió darla, por las condiciones socioeconómicas y sociales complejas (su primer hijo lo tuvo a los 16 y la que es mi hija la tuvo a los 43) y merced a las cuales yo hoy tengo una hijita maravillosa (ja - que madre no diría esto).


Bueno, me despido con un nudo en la garganta pensando en como transmitir todo esto a mi hija, que me hace variadas preguntas con sus cuatro años."

Las preguntas de esta madre son las de muchísimas familias.

Vamos a comenzar con la primera: ¿Es normal que empiezan a pregunta tan pronto?

Hay dos libros que han sido muy útiles para mí a la hora de comprender las necesidades de nuestros hijos en la etapa preescolar. El primero es el que siempre recomiendo aquí "Soy Adoptado" por David Brodzinsky y el segundo se llama "Hablando de la adopción con los niños pequeños" por Watkins y Fisher (pero solo en inglés).

Brodzinsky nos explica que por mucho que los pequeños pregunten y por mucho y muy bien que nosotros les respondemos, todavía no son capaces de comprender la verdadera significado de la adopción. Porque comprenderlo requiere un desarrollo cognitivo más avanzado, además de un sinfín de conocimientos sobre las relaciones humanas y las instituciones de la sociedad que han intervenido en su destino.

Para un niño pequeño: ¿Qué es una madre biológica? ¿Qué es un juez o un psicólogo? ¿Qué significa realmente formar parte de un árbol genealógico - o no formar parte de ello? ¿Qué son los genes y qué efecto tienen sobre nosotros? Son todos conceptos demasiado abstractos, complejos y difíciles de comprender para un niño en la etapa preescolar.

Watkins y Fisher, por su parte, reproducen las conversaciones que una veintena de familias han tenido con sus peques sobre distintos aspectos de su adopción. Es curioso leerlos y ver las muchas formas que los niños tienen de interpretar las historias que cuentan sus padres. Una niña pensaba que su madre le había robado a su "otra madre" (la biológica), otros cuentan historias de animales perdidos que encuentran una familia. Otros preguntan y luego rechazan las respuestas porque no quieren ser adoptados, quieren que sus madres y padres les digan lo que quieren oír: que han salido de la barriga de mamá.

Mi hija cuando tenía 3 años preguntó si había estado en mi barriga. Luego con 4 comenzó a expresar su deseo de conocer a sus padres biológicos, quería ir a verles. Si fuéramos a China ¿Por qué no pasar por su casa? Cuando le dije que no sabía dónde estaban, comenzó a dibujar mapas para enseñarme como llegar. Cuando le expliqué que simplemente no iba a ser posible, por mucho que a mí también me gustaría encontrarles, sugirió que les llamáramos por teléfono. ¿Por qué no? Con 4 o 5 años, todo es posible. Si Los Reyes Magos pueden entrar en casa para dejar regalos, ¿por qué no podemos llamar a quién queremos o seguir un mapa inventado para llegar al tesoro?

Según Watkins y Fisher, puede que los niños no comprendan lo que les intentamos decir, pero esto no significa que no se sienten mal o tristes. Esto a sido mi experiencia también. Mi hija ha mostrado tristeza desde pequeña por no poder encontrarse con la familia que perdió al nacer. Pero, como nos explican estas autores, lo importante a esta edad es ser igual que los demás y lo que más inquieta a nuestros hijos en la etapa preescolar es descubrir que son diferentes. Su tristeza, según estas profesionales de la psicología, está más relacionada con esto que con otra cosa. Quieren haber estado en la barriga de su mamá como los demás. Quieren estar con su familia de nacimiento como los demás.

Entonces, la respuesta a esta primera pregunta parece ser que sí - que es normal que los niños comienzan a hablar de su adopción y hacer preguntas a estas edades tempranas. Lo que pasa es que no están interpretando los hechos como lo hacemos nosotros.

Será más adelante con 6 o 7 años que realmente comienzan a comprender que para ganar una familia han tenido que perder otra... Será otra etapa, en el que su desarrollo cognitivo va a requerir otras respuestas.

En cuanto a la segunda pregunta - ¿Cómo representar a la madre biológica? Pues, hay otro libro que me gustó: "Diciendo la Verdad a tu Hijo Adoptado o de Acogida" (solo en inglés). Las autoras nos recuerden que: todos queremos que los demás hablan bien de nuestra familia. Tenemos que recordar que la familia biológica de nuestros hijos siempre formará parte de ellos. Estas autores - que tienen muchos años de experiencia trabajando con familias adoptivas - recomiendan que incluso si la familia biológica tienen problemas graves, que hagamos un gran esfuerzo para retratarles desde una perspectiva de comprensión. Esto significa que podemos reconocer situaciones problemáticas y comportamientos inadecuados sin juzgarlos, ni justificarlo - simplemente reconociendo lo que ha ocurrido e intentando hacer ver a nuestros hijos la complejidad de la vida y el hecho de que no todo siempre sale perfecto, que a veces los seres humanos se equivocan, hacen cosas que no deben de hacer, toman decisiones no muy adecuadas y se ven obligados a enfrentarse a consecuencias dolorosas.

Creo que la madre que escribió nuestra carta haré muy bien hablando bien de la madre biológica de su hija, y diciéndole poco a poco - a lo largo de su niñez y juventud - toda la verdad que sabe sobre ella. Más tarde, su hija podría, en algún momento, enfadarse con la familia biológica por no haberse quedado con ella. Puede que sí, puede que no. Y si llega ese momento, estas autores dicen que lo mejor es reconocer su derecho de sentir como se siente, sin añadir comentarios negativos sobre las personas de su pasado.

Una vez una madre me dijo que tenía una foto de la madre biológica de su hija. No sabía qué hacer con ella. Le dije que me parecía que lo mejor sería ponerlo en un marco bonito y dejarlo en la estantería para que creciera con ella.

Personalmente, creo que lo mejor que podemos hacer es incorporar a la madre biológica - y el padre y los posibles hermanos - en nuestra familia desde el principio. Porque todo lo que sabemos sobre las personas que han sido adoptados, nos enseña que estos personajes están muy presentes en sus vidas. Muchos dicen que piensan en ellos todos los días - TODOS LOS DIAS.

¿Por qué no hablar de ellos con naturalidad, entonces? ¿Por qué no reconocer cualquier cualidad positiva que sabemos - incluso si lo único que sabemos es que los padres fueron capaces de llevar a nuestro hijo a un lugar seguro para que pudiera llegar a nosotros?

Cierto es que nunca debemos inventar historias ni pintar de rosa lo que no lo es. Hay que ser sincero, pero escogiendo un enfoque realista, diciendo la verdad con diplomacia, cariño, comprensión. Y si creemos que estamos idealizando a los padres biológicos, llegará la etapa de su desarrollo en el que podemos hablar de esto con nuestros hijos, que seguro que también dará mucho que hablar.

Porque al final del día, no hay destino, solo un camino. Y nosotros podemos dejar a nuestros hijos ir solos por ese camino o podemos acompañarles - por muy pequeñitos que sean el día que deciden emprender su viaje.

domingo, 5 de febrero de 2012

"Necesidades Especiales"



Muchísimos niños etiquetados como niños con "Necesidades Especiales" tienen problemas muy leves y muy fáciles de solucionar en un país desarrollado.


Escribí la entrada "Adoptar con los Ojos Abiertos" pensando en los casos de padres que se han contactado conmigo después de vivir la experiencia traumática de recibir un niño con problemas más importantes de las que se sentían capaces de afrontar. Estoy hablando de enfermedades incurables o discapacidades que requieren grandes recursos.

En los casos que conozco yo, los padres al final decidieron no llevar el niño a casa y ahora viven con la fantasma del niño, con un gran complejo de culpabilidad...

Siento mucho que estas personas - que hicieron todo lo posible para tomar una decisión muy difícil, que pocos pueden imaginar, tienen que ser tan criticados. Son padres que esperaban un niño sin problemas y recibieron una asignacación que les superaba en ese momento de su vida. Porque hay tantos factores que hay que tomar en cuenta y la verdad es que - ante una situación grave - no todo el mundo puede en cualquier momento asumir estas situaciones.

Pero, quiero dejar claro que la gran mayoría de los niños clasificados como niños con NECESIDADES ESPECIALES, no tienen problemas importantes, ni enfermedades raras sin cura, ni discapacidades insuperables. De hecho muchísimos niños, con problemas muy leves y muy fáciles de solucionar, esperan a sus padres en muchísimos países - incluso España, Estados Unidos, Inglaterra (no solo países en vías de desarrollo).

Hay un escrito interesante sobre este tema, escrito por una persona con mucho más experiencia que yo:


¡Gracias a la persona que dejó el link!

viernes, 3 de febrero de 2012

Adoptar con los ojos abiertos



Hace unas semanas, llegando al colegio para recoger a mis hijas, vi a una madre con su hijo. Fue un momento muy especial. El niño tiene unos siete años y su madre le estaba acariciando la cara y le miraba con un cariño y una ternera que me llegó al corazón. Ella se había agachado a su nivel. Él estaba - como siempre - bien abrochado en su silla. Tiene parálisis cerebral.


Criar a un niño con necesidades especiales supone superar desafíos todos los días, en todos los momentos. Muchas veces he pensado en esa madre. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo se organiza? ¿Tiene alguién que le ayuda? El crío se está haciendo mayor, requiere fuerzas físicas, emocionales, mentales...


Verle ese día, disfrutando del niño, fue un gran placer. En medio de tantos desafíos, hay amor, placer, alegría también.


Muchas veces he escuchado o leído las palabras de padres y madres que dicen que no podrían imaginar sus vidas sin un hijo que tiene alguna necesidad especial - por muy grave o importante que sea. Hablan de experiencias que han enriquecido su vida, y de todo lo que han aprendido.


Sin embargo, me pregunto si esto significa que todo el mundo esté preparado para cuidar a un hijo con grandes desafíos físicos, emocionales, mentales... Me pregunto porque más que una vez, he conocido casos - a través de lecturas pero también correos que me envían las familias - de unos padres adoptivos que reciben un niño con necesidades especiales importantes cuando o han pedido un niño sano o han dicho que solo podrían asumir necesidades leves específicas que no tienen nada que ver con el niño asignado.


Surge el dilema ético. ¿Deben los padres adoptivos estar preparados - igual que los padres biológicos - para asumir cualquier problema físico, mental o de otro tipo que podría tener su hijo? ¿O podemos no aceptar una asignación porque no se adapta al pérfil que estábamos esperando?


La respuesta fácil es: claro que debemos de estar preparados para cualquier cosa. Un hijo es un hijo. Hay que aceptarle tal como es.


Pero hay que tener mucho cuidado con las respuestas fáciles...


En su libro "Diciendo la verdad a tu hijo de acogida o de adopción" las expertas Betsy Keefer y Jayne Schooler, cuentan el caso de un niño que fue adoptado en 1990 por una pareja americana que querían adoptar a un niño sano. Especificaron que estaban dispuestos a adoptar un niño mayor, pero sin haber sufrido abusos físicos, sexuales, mentales o emocionales.


Una vez que los padres habían adoptado al niño de cinco años se encontraron con un niño con graves problemas emocionales; fue un niño trastornado y violento hasta el punto de poner en peligro a las personas a su alrededor. Al final el niño tuvo que estar ingresado en un hospital psiquiátrico y acabó siendo tutelado una vez más por el estado.


La familia descubrió que el pasado del pequeño escondía todo tipo de abusos y de allí en 1992 decidieron demandar a la agencia de adopción.


Es un final muy triste para un niño tan maltratado por la vida. Un final triste que no era más que el comienzo de otro abandono.


Otro caso que me acuerdo es el de la actriz Mia Farrow, madre adoptiva de familia numerosa. En su autobiografía cuenta como fue a - creo que fue Vietnam - para recoger uno de sus hijos. Se encontró con un niño con graves problemas, serias discapacidades, que ella no se sentía capaz de asumir. Más que nada pensaba en los demás hijos. Ella podría decidir seguir adelante con la adopción, pero ¿era justo para los demás hermanos - que al final tendrían que ocuparse de él?


¿Qué hizo?


Buscó otra familia adoptiva en Estados Unidos y creo que le acompaño hasta llegar a ellos. Ella tiene recursos que muchas otras familias no tienen. Pero he contado en este blog el caso de otros padres o madres que han dejado un niño en su país de origen porque no se sentían capaces de adoptarle por los problemas que tenía - y luego el niño se convierte en una especie de fantasma que le persigue.


Una vez más, creo que es imprescindible la formación. Antes de adoptar, antes incluso de adentrarnos demasiado en el proceso - es decir, justo al principio del camino, debemos reflexionar sobre estas preguntas tan duras:


¿Cuál es nuestra responsabilidad ante una asignación?


¿Qué haríamos en el caso de recibir una asignación que no se adaptara a lo que vemos como nuestras posibilidades en estos momentos?


¿Cuáles son nuestras posibilidades?


¿Hasta dónde podemos llegar?


La formación también es imprescindible para los profesionales encargados de asignar a los hijos. Ellos también tienen que estar conscientes de lo que supone para nosotros una asignación. Una vez asignado un hijo, empieza a crecer en el corazón de sus padres...


Sé que un hijo que llega con serias problemas puede llegar a ser la alegría de su casa igual que cualquier otro niño, también igual que cualquier hijo biológico que nace con problemas físicas, mentales o emocionales...


Pero la realidad es que esos padres van a necesitar un apoyo y una formación especial. Porque sus hijos tendrán las mismas necesidades que las de cualquier hijo, más todas las necesidades que cualquier hijo adoptado, más todas las necesidades de cualquier hijo con necesidades especiales, más las necesidades específicas relacionado con su particular problema.


Para responder a estas necesidades, hace falta mucho más que solo amor y buenas intenciones, hace falta tiempo, energía, fuerzas físicas, disponibilidad, apoyo emocional, ayuda, compromiso - mucho compromiso - y a veces también recursos económicos importantes. Porque hay muchas formas de "abandonar" a un hijo y una de ellas es simplemente no poder cuidarle como necesita, tener que dejarle en manos de otra persona o en un centro porque estamos desbordados...


Creo que hay enfrentarse a la pregunta: "¿Reuno todas las características necesarias para cuidar bien a este niño en este momento?"


El idealismo no es suficiente. Hace falta grandes dosis de realismo.


Vamos a pensarlo bien.


Veo una vez más la visión de esa madre acariciando la cara de su hijo, dándole un beso, sonríendo con tanto amor. Estaba tan feliz con él.


Pero me gustaría saber más sobre estas familias, familias biológicas que viven todos los días con las discapacidades importantes de algún miembro. ¿Todas lo hacen con esa misma alegría? ¿Todas tienen final feliz? ¿Todas tienen los conocimientos, la formación y la capacidad para superar cada desafío? ¿O hay algunas que no son capaces de enfrentarse a esa realidad? ¿Hay niños que acaban aparcados...?


Esa madre que yo vi el otro día... es médico.





Nota personal: Creo que todos los retos pueden sacar los mejor de nosotros. Estoy 100% a favor de adoptar niños con necesidades especiales, pero también de que los padres estemos bien conscienciados y totalmente seguros de la decisión que estamos haciendo. Porque nuestros hijos merecen lo mejor y si uno adopta a un niño que supera sus capacidades, no podrá darle lo mejor ni mucho menos.