viernes, 25 de marzo de 2011

Un puente hacía "allí"

Hay muchas formas de crear un puente hacía la cultura y el país de orígen de nuestras familias.


El año pasado, animada por una lectora de este blog, seguí mi propio consejo y busqué una amiga China por Internet, para poder conocer mejor la cultura de origen de mi hija.


El idea original surgió cuando estaba animando a los padres y las madres a buscar algún camino hacía la comprensión de la "otra cultura" - sea cual sea - que ya forma parte de la vida de las familias de adopción internacional. Reconozco que no todos sentimos lo mismo por la lectura o los documentales o el folklore, y pensaba que podría ser otra fórmula interesante para saber más...


¡Qué sorpresa me ha llevado!


Al principio pensaba que sólo yo había tocado la lotería, pero desde entonces he conocido a otras madres que también han buscado intercambios culturales en Internet con mucho éxito. Como yo, ellas (todavía no tengo noticias de ningún papá que lo ha hecho) también han podido hacer amistades con personas en el país de origen que están encantados de compartir sus orígenes con nosotros. También están disfrutando de esta forma tan especial de entrar por la puerta atrás de otro país y saber cómo piensan las personas de "allí".


¿Qué es lo que he aprendido de mi amiga virtual?


Al principio hablábamos de las fiestas, la comida, las excursiones de fin de semana que hacía ella con su pareja. Y, como es la misma provincia donde recogimos a mi hija, todo fue fascinante. Pero poco a poco hemos ido profundizando en la vida, el pensamiento y las costumbres del lugar. Como es profesora de la universidad en el capital de su provincia, he podido saber cómo ve los jóvenes de hoy. Ha compartido conmigo sus esfuerzos para animarles a no tirar papeles al suelo, a rechazar los plásticos por el daño que están haciendo al planeta, a comer sano y no caer en la trampa de la comida basura... Se preocupa por ellos como si fueron sus hijos.


Pero también ella ha llegado a preocuparse por mi hija. Al principio no entramos mucho en el tema de la adopción, pero poco a poco le hizo saber que había luz verde para hablar de esto y que incluso quería conocer su opinión sobre nuestra familia y el hecho de haber adoptado a una niña de su país. Y poco a poco ella se abría. Hoy en día podemos hablar de todo sin complejos.


Gracias a ella, he conocido casos reales de chicas jóvenes universitarias que se quedaron embarazadas y que tuvieron que decidir si seguir o no con el embarazo. He podido comprobar la veracidad de lo que cuenta Xinran en su libro "Mensaje de una Madre China Desconocida" (creo que ha salido en Español) - sobre los muchos motivos detrás de la adopción china y lo duro que es la vida de tantísimas mujeres en las zonas rurales de aquel país. También he podido saber de las adopciones nacionales en China, y como parece que allí más que nada sólo tienen la opción de adoptar a niños con necesidades especiales...


Y su preocupación por mi hija me ha hecho saltar las lágrimas más que una vez. En Año Nuevo China hizo una caligrafía preciosa con el nombre de mi hija, deseándole un feliz año nuevo en chino. Nos lo explicó en detalle para comprender cada carácter. Lo imprimimos desde un Pdf para colgarlo en la nevera - y la niña pudo así aprender a pintar su nombre en chino y esa felicitación típica del año nuevo.


También envía mensajes a la niña de vez en cuando, pregunta por ella y se interesa por las preguntas que la niña tiene sobre su adopción y sus orígenes. Nos da instrucciones sobre cómo celebrar las fiestas típicas y luego le hemos enviado fotos de como ha quedado la mesa u otro aspecto de la celebración. Le encanta.


La niña (mi hija que nació en China) - y todas sus hermanas - también se interesaron por nuestra amiga China. Al principio fui yo quien hablaba más sobre ella, "¡Que tengo una nueva amiga en China!" "¡A que no sabes lo que ha dicho X!" "¡He recibido otro mensaje!" Y así cultivaba la curiosidad de todas hasta que fueron ellas mismas quienes empezaban a preguntar sobre este nuevo personaje en nuestra vida. "Mamá, ¿tu, qué crees que diría X sobre esto o el otro?" me puede preguntar cualquiera de las niñas en algún momento. Y así se ha hecho parte de nuestra vida.


Me he dado cuenta de que las cartas y las fotos que he recibido de esta amiga tan apreciada, son tan interesantes que los voy a editar, eligiendo lo más bonito para encuadernar y así compartirlo con toda la familia. Esta experiencia, sin duda, se ha convertido en un excelente puente hacía "allí", un país lejano del que sabíamos tan poco, pero que ahora está empezando a resultar bastante familiar.


Se puede buscar un amigo virtual en cualquier parte del mundo a través de Interpals - pero cuidado, porque - como se puede imaginar - no todos los "amigos" son "amigos".

El Poder de los Secretos


La verdad es para el ser humano como la luz del sol para una planta.


He descubierto varios secretos familiares, información que se escondía en los armarios familiares sobre toda clase de problemas de los que nadie quería hablar por el qué decir de los demás...


¿Qué más se esconde en mi árbol genealogica?


¿De verdad fue toda una santa mi bisabuela materna? ¿De verdad conozco a las personas de mí alrededor? ¿O se sienten la necesidad de guardar apariencias ante mí y los demás?


Pero más que nada me pregunto: ¿Para qué sirven las experiencias en la vida si no las compartimos con los demás? ¡Cuánto podríamos haber aprendido de la vida - incluso los errores de nuestros progenitores y antepasados - si no hubieron guardado tantos secretos!


En este blog hablo mucho de la necesidad de hablar de forma abierta y natural de la adopción, pero me gustaría destacar la importancia de la sinceridad en todos los ámbitos. Porque la verdad es como la luz, es también libertad, nos lleva hacía la sabiduría y hace que valga la pena vivir.


Cuando mis padres se separaron, nadie nunca habló con mis hermanas y yo. Tenía yo 13 años y las pequeñas tenían más o menos 10 y 6 años. Cuando recuerdo esa época de mi vida, es como si se escondiera el sol. Lo recuerdo como oscuro y frío - incluso en casa... y triste. Mi padre se fue. Mi madre se incorporó al mundo laboral de repente y nos encontrábamos en casa solas - y nadie nunca hizo el esfuerzo para explicarnos la situación. Nadie nos preguntó como estábamos, como nos sentíamos. Nadie sabía ayudarnos a encauzar nuestro miedo, ansiedad, rabia...


Noté dos reacciones inmediatas en mis hermanas. La de 10 dejó de hablar - casi. Esto me dio pánico y me acuerdo mis intentos inmaduros y desesperados para obligarle a hablar, a decirme como se sentía. Le rogara que saliera de esa cueva en la que se estaba recluyendo ensimismada. La pequeña comenzó a quejarse de problemas físicas imaginarias, de vendarse un pié, un brazo - y de tener accidentes. También me producía ansiedad, pero no sabía qué hacer, no tenía con quién hablar.


Hay que hablar con nuestros hijos - de todo. Los secretos familiares ¿Para que sirven? ¿A quién estamos protegiendo? Lo más seguro es que nos estamos protegiendo de nosotros mismos, porque os puedo asegurar, que no hablar con los niños de la realidad de la familia y de la realidad de la vida - en todos sus ámbitos - sólo les produce más ansiedad. Necesitan hablar. Necesitan saber la verdad, poco a poco, adaptado a su edad por supuesto, pero, como una planta que necesita el sol para crecer, nuestros hijos necesitan estar siempre recibiendo dosis de la verdad para ir creciendo por dentro.


Y con esto no quiero decir que sólo necesitan saber el lado negativo de la verdad, también necesitan saber la verdad sobre lo que tenemos que hacer para vencer las dificultades en la vida, las virtudes que tenemos que cultivar, las actitudes que más nos convienen, las fortalezas de nuestra familia, lo que podemos aprender de nuestros logros y el esfuerzo requieren.


Creo que demasiados niños viven en una burbuja, protegidos. Los padres parecen estar esperando el día en que se hagan "mayores" - un día que nunca parece llegar, hasta que esté ya muy tarde. Porque desde pequeños, lo niños necesitan irse acostumbrando a la verdad.


En el libro "Diciendo la Verdad a tu Hijo Adoptado o de Acogida" (sólo en inglés) los expertos en adopción, Betsy Keefer y Jane E. Schooler, han estudiado los efectos de los secretos en las familias:


1. Los secretos distorsionan la realidad

Hacen difícil comprender la realidad porque faltamos información.


2. Los secretos dañan la confianza y la intimidad

Cuando los demás descubren la verdad, sufren las relaciones. Mi experiencia personal avala este concepto. Cada vez que he descubierto un secreto, una exageración o una mentira en mi familia, mi relación con las personas implicadas sufre un duro golpe. He perdido respeto para algunas personas de mi entorno íntimo. He sentido rabia hacía otros. Ha sido difícil a veces perdonar.


3. Los secretos crean exclusión y división

"Los que saben todo" forman parte de un club exclusivo. Los que no saben están fuera. Los que están dentro del club tienen que tener cuidado cuando hablan con los demás, así van construyendo muros...


4. Los secretos destrozan la autenticidad

Hay que crear "la máscara familiar" para vivir en familia con los secretos.


5. Los secretos producen fantasías

Como no consiguen información, los niños crearán su propia versión de los hechos.


6. Los secretos fomentan los miedos

Los niños intuyen el secreto y de allí crece el miedo y la ansiedad sobre lo que imaginan que podría ser la realidad - y lo que imaginan suele ser bastante peor de lo que es, incluso cuando no sea así, puede ser un gran alivio saber por fin la verdad.


7. Los secretos fomentan la vergüenza

De forma indirecta, comunican que el tema es un tabú, una vergüenza.


En conclusión, la familia es una escuela de vida. Hay que aprovechar todas nuestras experiencias para comunicar con nuestros hijos sobre la vida misma, las personas, lo que es importante y lo que no, los errores que se puede hacer y los caminos hacía el éxito.


¡Viva la Verdad!

¿Exageramos?

Me he preguntado muchísimas veces si exageramos cuando hablamos de "temas de adopción".



Occidente


Soy muy crítica con lo que llamamos en EE.UU. el "psico-babble" (babble = hablar sin parar y de forma superficial). Esto es el término que utilizamos para describir un trato superficial de temas psicológicos por la prensa, los "reality shows" y las personas de la calle, que hablan como si supieron algo, como si comprendieron todo - y que exageran de forma ridícula cualquier problema, síndrome o condición descrita por los profesionales.




¿Pero es esto lo que está ocurriendo con la adopción? ¿Estamos trivializando, ampliando, exagerando sentimientos y experiencias que no tendrían que ser problemáticos si no les hiciéramos tanto caso?




¿Es posible que nuestra sociedad occidental se haya hecho tan rica que hoy en día nos podemos permitir el lujo de mirarnos los ombligos y lamentar todo tipo de nuevas condiciones y problemas psicológicos?




Oriente


Hay que preguntarse, por ejemplo, si una persona adoptada en China, tendría las mismas interpretaciones de lo que llamamos "temas de adopción" para comenzar a saber si son universales o sólo particulares en nuestra cultura occidental.




Pues, precisamente he tenido la oportunidad de conocer algunas perspectivas sobre la adopción en China, porque allí también hay personas adoptadas, como en todo el mundo. Desde el año pasado estoy en contacto por correo electrónico con una profesora de universidad China. Ella, en principio, buscaba a alguíen para practicar el inglés. Yo, desde el principio le dije que tenía una hija adoptada de China y quería saber más sobre su país, la cultura, la gente... Durante meses sólo intercambiamos información sobre temas culturales hasta que un día ella se sintió suficientemente cómoda conmigo para entrar en temas de adopción - y lo que me contó me sorprendió.





A pesar de no tener nada de información sobre temas de adopción ni en China ni desde occidente, lo que me contaba tenía todo que ver con la experiencia en occidente: padres que no querían decir a sus hijos que eran adoptados porque temían que sus hijos volverían con sus padres biológicos o que simplemente lo pasarían mal o que se sentirían "diferentes", un familiar adoptado que luchaba con sentimientos encontrados respecto a su condición de adoptado, una sociedad que cuestionaba los lazos entre padres e hijos adoptivos y los tabús en general alrededor de este costumbre. Todo me parecía muchísimo a lo que encuentro en EE.UU. o en España - preguntas, sentimientos, actitudes sociales y personales que hay que tratar para sentirse uno mismo bien en su propio piel, para crear los lazos familiares y fortalecerlos, para saber enfrentarse con una sociedad que sólo comprende lazos genéticos...





¿Qué significa?



Para mí, la clave podría estar en el peso que nuestras sociedades dan a los lazos de sangre. El mero hecho de que la sociedad siempre está poniendo en duda la validez de nuestras familias sería suficiente para crear sentimientos encontrados, dudas, preguntas... problemas para algunas personas que no se sienten capaces de enfrentarse con las etiquetas, los prejuicios y estereotipos etcéteras. Pero también puede servir para crear resiliencia (fortaleza) en las personas de carácter fuerte - allí igual que aquí.




Siempre existe la posibilidad de exagerar, en España, en Estados Unidos, en China y en todo el mundo. Pero creo que tenemos que tomar en serio la base de lo que es la experiencia de una persona adoptada, más que nada que vive continuamente con la presión social de "ser como los demás" (es decir como si hubiera nacido en su familia) en vez de ser quién es (es decir, una persona que ha llegado a su familia de otra vía y que disfruta de ello).





Nuestros hijos viven en primera persona situaciones incómodas a veces. Tienen que tratar con impresiones falsas, con personas ignorantes. Y muchos de ellos van a tener profundas inquietudes sobre su pasado, inquietudes que les van a seguir durante toda la vida, preguntas sin respuesta, puzles sin solucionar... Sin exagerar, tenemos que preocuparnos por la realidad de forma práctica y sensata - igual que tienen que hacerlo los padres de otros colectivos con experiencias que no se adaptan a la norma: como los niños superdotados, los que sufren minusvalías, los que pertenecen a una minoría cultural, de raza, de religión o de orientación sexual... La sociedad está hecha para "la norma" y siempre que una persona sale de esta norma, habrá una reacción por parte de la sociedad y también por parte de la misma persona, que no tendrá las mismas pautas que seguir que los demás, que tendrá una experiencia diferente de la vida que generará otros sentimientos, actitudes, ideas, impresionas.





En realidad, es lo bonito de la vida, pero todavía nos cuesta tanto interiorizarlo: que lo mejor de esta vida se encuentra en las diferencias entre las personas.





En fin, creo que exageramos cuando hagamos que la adopción sea el tema central de nuestras vidas, que el niño interprete todo desde el punto de vista de su adopción, que la adopción tiene la culpa de todo. La adopción es un factor, un factor importante entre otros muchos, pero sólo un factor. Hay que:



*reconocer la existencia de diferencias



*comprenderlas desde el punto de vista de la persona "diferente"



*tratar con esas diferencias



*aprender a aceptarlas *enfrentarnos con ellas a veces



*hacer las paces con ellas y



*convertirlas en oportunidades.





Y esta labor no tiene por qué ser una exageración.



"Hay personas tan adictas a la exageración que no pueden decir la verdad sin mentir." -Josh Billings


:)