domingo, 29 de mayo de 2011

Claves para Hablar de Temas Importantes





¡Muchas gracias a Loreto, Presidenta de AFAM, por organizar el taller!

Para mi, es un gran placer comunicar que el taller "Claves para Comunicar con Nuestros Hijos sobre Temas Importantes*" de AFAM en Granada ha sido muy productivo. Para mí ha sido un gran placer trabajar con padres y madres tan participativos, tan llenos de energía, y creatividad y con tantas ganas de aprender juntos.

Si quieres más información sobre esta taller y la posibilidad de ofrecerlo en otras provincias de España, envia un correo a
blpadilla@hotmail.com.

La comunicación depende no sólo de teoría sino de muchas practicas, así que no puede reproducir el taller aquí, pero sí me gustaría compartir con todo el mundo, los "12 Consejos para Padres" que ofreci al final de una serie de presentaciones, intercambios y prácticas ayer.

12 Consejos para Padres - a la hora de abordar temas importantes

1. Llegar antes...
Hay que hablar con nuestros hijos sobre temas importantes antes de que lo hagan los demás, antes de que se encuentran con estos temas en Internet o a través de comentarios en el patio del colegio. Hay que tratar estos temas con nuestros hijos antes para que tengan una buena información y para poder transmitirles los valores, las perspectivas y las actitudes que consideramos más oportunos para poder interpretar bien el tema.

2. Investigar
Si tenemos información dura sobre el pasado de nuestros hijos, es importante verificarlo antes de comunicarlo a nuestro hijo.

3. Trabajar tus sentimientos
Es importante acostumbrarnos a pensar y expresarnos sobre temas importantes - como la familia biológica, el papel de la genética en nuestras vidas, el abandono, las noticias sobre irregularidades en la adopción etc. - antes de hablar con nuestros hijos para transmitir confianza y tranquilidad. Si estamos nerviosos lo notarán en el tono de voz y nuestro lenguaje corporal...

4. Iniciar conversaciones
El hecho de que nuestros hijos no preguntan y no hablan - no significa que no están pensando en temas importantes, ni que tienen toda la información necesaria para comprenderlos. Sobre todo cuando tiene que ver con cualquier aspecto de la adopción, nuestros hijos necesitan que nosotros les demostramos nuestro compromiso con este aspecto de su formación, que nos interesa hablar de estos temas, que no hay ningún tema demasiado difícil para hablar con nosotros.

5. Decir la verdad siempre
Podemos comenzar con un modelo sencillo que puede crecer con nuestros hijos.

6. Preguntar y escuchar
Cuando más escuchamos y preguntamos - más podemos saber sobre lo que el niño o jóven entiende y qué es lo que quiere saber.

7. Aceptar los sentimientos.
Lo más fácil es tranquilizar, negar la importancia del problem, intentar "arreglar" los sentimientos, razonar, caller. Lo que necesitan nuestros hijos a la hora de enfrentarse con temas importantes relacionados con su vida, su historia, es que les acompañemos en su sufrimiento. Tampoco hace falta entra el el drama. Pero simplemente reconociendo lo difícil que debe de ser aceptar una noticia negativa sobre su pasado y comunicándole que es normal sentir como sienten, suele ser suficiente.

Por otra parte, es importante recordar que los niños fácilmente (sobre todo durante algunas etapas en concreto) sienten culpa y verguenza por hechos que no tienen que ver con ellos - decisiones que tomaron sus padres biológicos etc. Es importante conocer estos sentimientos para asegurar que nuestros hijos ven que no tienen la culpa de lo que han hecho otros, que son buenas personas a pesar de cualquier secreto que esconde su pasado (incluso si fueron concebidos a través de una violación o por una relación incestuosa).

8. Transmitir tus valores

Para eso estamos los padres, para compartir nuestros valores con nuestros hijos. Luego ellos irán desarrollando sus propias ideas, pero necesitan saber qué es lo que pensamos nosotros sobre el tema, como lo interpretamos nosotros, que tipo de pensamiento crítico aplicamos. Así aprenden. Sin embargo, expertos como Holly van Gulden nos recuerdan que es imprescindible no pasar juicio sobre las personas, por ejemplo la familia biológica de nuestro hijo. Mejor ayudarles a separar los hechos de las personas. Por mi parte, me gustaría sugerir que tampoco debemos de pasar juicio sobre otros países, culturas, políticas... que en todas partes hay bien y mal, justicia e injusticia, cosas que funcionan por una parte pero que tienen consecuencias negativas por otra. Mejor relativizar en este respecto.

9. Tener paciencia

Para llegar a comprender cualquier tema compleja, los niños necesitan repetir muchísimas veces lo mismo. El hecho de que vuelvan a preguntar por lo que acabamos de explicar (o lo que ya hemos explicado mil veces) sólo demuestra que lo están trabajando y que necesitan más repeticiones para seguir captando cada vez más detalles para seguir intentando encajarlo todo.

10. Equipar el niño para protegerse

Esto se puede intepretar de dos maneras. Por un lado, nuestro objetivo al hablar con nuestros hijos es equiparle para enfrentarse él sólo a comentarios, preguntas, opiniones, malas informaciones, noticias etc. relacionados con estos temas. Pero por otro lado, tenemos que equipar a nuestro hijos para proteger su intimidad cuando le estamos comunicando información de carácter personal. Necesita comprender que tiene derecho a proteger su intimidad, que decidir no hablar de algún aspecto de su pasado no significa que es algo malo sino que es algo que le pertenece y que quizás sólo quiere compartir con personas de confianza.

11. Trabajar de 8 a 12

Para muchísimos padres nunca llega el momento perfecto para hablar con sus hijos de los temas más importantes. Los más expertos - entre ellos Van Gulden - recomiendan no dejar esta tarea para cuando sean adolescentes. Mejor profundizar en temas de transcendencia a partir de los 8 años con el objetivo de tener una buena base antes de cumplir los 13 años. Mejor que entren en la adolescencia equipados de información, habilidades, perspectivas, actitudes, valores - con la capacidad para pensar y hablar por si mismo durante una etapa en la que tendrán la oportunidad de formar su propia filosofía de la vida y de su vida.

12. Pedir ayuda

Una vez más, recomiendo que si te sientes perdido, confuso o desbordado, que hables con un profesional especializado en adopción para aclarar tus ideas y quizás saber más sobre el desarrollo de los niños y asesorar la madurez de tu hijo.

Una vez más, la teoría es interesante, pero para mí, lo más bonito de hacer un taller sobre este tema ha sido la posibilidad de hacer prácticas y de contrastar ideas y experiencias con un grupo de madres y padres. ¡No hay nada como aprender haciendo!




¿Comentarios?





*Siguendo el consejo de una madre participante en el taller, he decidido que me gusta más hablar de"temas importantes" en vez de "temas difíciles".

lunes, 23 de mayo de 2011

Taller: Hablar con tus Hijos de Temas Difíciles

¿Dónde?
Granada

¿Cúando?
ESTE Sábado 28 Mayo 2011
17.00h-19.30h

Objetivos:
Descubrir los temas más difíciles
Conocer las opiniones de algunos expertos
Equiparnos de estrategias para una comunicación efectiva

Metodología:
Las presentaciones sobre diferentes perspectivas, opiniones y estrategias recomendadas por algunos expertos en post-adopción se intercalarán con ejercicios interactivos para conocer las ideas, opiniones y dudas de los participantes.

Más Información: AFAM

domingo, 22 de mayo de 2011

¿Cuando es el mejor momento?

¿Cuándo es el mejor momento para hablar de temas serios, difíciles o complejos con nuestros hijos?


Durante estos más de 15 años que llevo criando a mis hijos, he observado que para muchos padres nunca llega el momento perfecto. Durante la etapa pre-escolar, los niños son muy pequeños (y estoy de acuerdo), pero en primaria siguen siéndolo. Entonces, de repente, llega la adolescencia y ya parece estar un poquito tarde, porque por muy sofisticados que parezcan los adolescentes, ya no quieren hablar de temas difíciles con... ¡sus padres!

Hablando de "Conversaciones Difíciles" la especialista en adopción, Holly van Gulden, dice:


"Los padres tienden instintivamente a esperar a que el niño sea mayor, tal vez adolescente, para hablarle de los hechos delicados de su pasado. Según mi experiencia, la adolescencia no es el mejor momento para compartir ese tipo de información. Dos de las tareas a las que se enfrentan los adolescentes, individualizar y separar, pueden hacer que les resulte problemático elaborar y exteriorizar la información delicada: Durante la adolescencia, el joven, está elaborando la cuestión '¿Quién soy?' Basándose, en parte, en la percepción que tiene de su historia hasta ese momento. Por otro lado, los adolescentes se están preparando para abandonar el nido familiar. Los adolescentes adoptados pueden preguntarse '¿Quién soy y en qué me diferencio de mis padres (adoptivos)?' Pueden llegar a la conclusión de que son exactamente iguales que la imagen - correcta o incorrecta - que tienen de sus padres biológicos.

"La adolescencia es una etapa crítica y compleja para aportar información nueva, diferente y negativa acerca del pasado de un joven. Aunque los niños pequeños sean aparentemente más vulnerables, por lo general elaboran con mayor facilidad la información negativa, no sin dolor, confusión y algún sentimiento de culpa, pero las posibilidades de que interioricen sentimientos de culpa y se avergüencen de las acciones realizadas por otros son menores. Un niño que tiene entre 8 y 10 años dispone de más tiempo para elaborar y re-elaborar la información y para conseguir crear una imagen positiva de él mismo, antes de comenzar a abandonar emocionalmente el nido familiar." (*)

Van Gulden está hablando de la necesidad de hablar con hijos adoptados sobre información delicada relacionado con su historia: abandono, incesto, violación, maltrato. Pero me gustaría sugerir que su consejo sirve para cualquier tema difícil que debemos de tratar con nuestros hijos - y hay muchos.

Pero es fácil dejarlo siempre para un poquito más adelante. Lois Ruskai Melina, autora de varios libros sobre adopción, comenta que "los años desde los 7 hasta los 11 años de edad son críticos para niños adoptados, pero tanto los padres como los profesionales muchas veces se olvidan de la importancia de esta etapa". Explica que estos años tienden a ser años "fáciles" comparados con las exigencias de la etapa pre-escolar y luego las tormentas de la adolescencia. Sin embargo los niños de 7 a 11 años están pensando mucho en la adopción y algunos de sus pensamientos son preocupantes:

"Cuando los niños comienzan en el colegio, se encuentran con que el mundo es mucho más grande que su experiencia personal. Se encuentran con la diversidad. Conocen a personas con diferentes capacidades mentales y físicas, diferentes estilos de vida, diferentes creencias y diferentes apariencias. Lo más importante es que se dan cuenta de que no todo el mundo es adoptado y quieren saber porque no son como los demás y qué es lo que han perdido al ser adoptados.


"Entonces quieren saber por qué fueron entregados para ser adoptados y como eran sus padres biológicos. También se sienten tristes y enfadados mientras experimentan el duelo por lo que podría haber sido."

Sin embargo, muchos - quizás la gran mayoría de los niños - en esta etapa puede que no hablen sin la ayuda de sus padres. Algunos ya habrán captado el mensaje - que sus padres no se sienten cómodos hablando más allá del bonito cuento del viaje que hicieron para recogerles, que se ponen nerviosos con las preguntas difíciles. Otros no querrán hacer daño a sus padres pese a lo abiertos que han sido hasta el momento. Y habrá tanta actividad, tantas distracciones - colegio, actividades extraescolares, deportes, cumpleaños, comidas familiares, amigos, primos, viajes - que fácilmente pasarán estos años sin que digan nada o casi nada.



En su libro "Telling the Truth to your Adopted or Foster Child", Keefer y Schooler nos advierten que los más probable es que nuestros hijos sepan más de lo que nosotros imaginamos y nos animan a hablar con ellos antes de que lo hagan los demás. "Cuando la información llega al niño por la boca de otra persona que no sea el padre o la madre, el niño no tiene el apoyo de sus padres para integrar esa información de forma positiva en su identidad."

Una vez más, están hablando de información delicado sobre la historia personal del mismo niño, pero pienso que es lo mismo para otros temas difíciles - tantos los "normales" (sexo, droga, paz, guerra, el sentido de la vida, la muerte) como los "extras" de las familias adoptivas (abandono, familia biológica, el rol de los genes, posibles sentimientos de culpa o vergüenza por algo relacionado con su situación, miedo de ser abandonados otra vez o secuestrados o reclamados por su familia biológica, preguntas sobre si los casos de "robos de bebés" podrían tener algo que ver con ellos, raza, racismo, xenofobia).


Van Gulden recomienda que tratemos estos temas con nuestros hijos desde que tengan más o menos 8 años (dependiendo el niño/niña) para conseguir que tengan una buena formación antes de entrar en la adolescencia.


¿Como hablar de cosas tan fuertes con niños de sólo 7 o 8 años? Con mucho sentido común. Hasta Van Gulden reconoce que no vamos a decirles todo a esta edad. En primer lugar, les tenemos que conocer bien, escuchar bien, observar bien para saber dónde están y qué es lo que necesitan saber y hasta dónde pueden llegar.

Luego comenzamos a sacar los temas de forma natural (a base de noticias de actualidad, libros, películas, preguntas como "¿Alguna vez te has preguntado...?, o comentarios como "Hoy he leído algo muy interesante sobre...") y dar una información muy básica, muy simple - sin detalles que serían demasiado para ellos - pero siempre diciendo la verdad. Luego, construimos sobre esa base de la verdad, trabajando la información, añadiendo detalles, respondiendo a sus preguntas - que serán cada vez más importantes.


¿El objetivo? Tener estas asignaturas bastante conseguidas antes de llegar a la pre-adolescencia alrededor de los 12 años (¡que puede llegar antes!).

Una vez más, me gustaría destacar nuestra tendencia como padres para exagerar la inocencia de nuestros hijos y subestimar su capacidad para descubrir y explorar temas de gran transcendencia para ellos. Quizás seamos un poquito egoistas en este sentido - porque duele verles crecer y perder la inocencia. Queremos alargar este período durante el mayor tiempo posible para disfrutar de algo tan bonito, algo que se pasa demasiado rápido y que nunca lo vamos a poder recuperar.

Pero cada vez más, estoy convencida de que la calidad de la adolescencia de nuestros hijos dependa muchísmo de como aprovechamos la niñez para hablar de los más importante, para fomentar el pensamiento crítico, para poner las bases del sentido común y la sabiduria, para ayudarles a trabajar con la información que realmente importa, para enfrentarse con lo más duro de la vida mientras que todavía se permitan contar con el apoyo de nosotros, sus padres.


El tiempo es oro: ¡Aprovéchalo!

*Conversaciones Difíciles, Holly van Gulden, traducido y adaptado por Montse F y postadopcion.org

jueves, 12 de mayo de 2011

¿Cómo habría sido mi vida si...?



Quiero recomendaros un documental para ver con vuestros hijos.


He visto Bebés con mi hija (nacida en China) y nos ha encantado. Ella tiene 7 años, pero lo han visto las mayores de 12 y 15 y también les ha parecido interesante. Lo que no sé es si es igualmente interesante para chicos como para chicas, pero a edades tempranas, seguro que sí.

¿Cómo habría sido la vida de nuestros hijos adoptados en el extranjero si se hubieron quedado con sus madres biológicas? No lo sabemos, pero es interesante ver como los métodos de crianza son tan, tan distinto dependiendo del lugar del mundo en que te has nacido. ¿Parece obvio? Claro que sí, pero hay que verlo para creer hasta qué punto:

Namibia

Es lo más sorprendente para nosotros de occidente. Sería muy fácil pasar juicio sobre esta madre y sus amigas por no cuidar más la higiene de sus hijos - según nuestras normas. Pero lo que más me ha destacada ha sido su tranquilidad, dulzura y buen humor. ¡Qué bien se lo pasan todos juntos! ¿Dónde están los papás? No lo sé.



En algún momento, comenté a mis hijas: "Me pregunto ¿Cómo habría sido mi vida si me hubiera adoptado una madre de Namibia?" Todas estábamos de acuerdo con que hoy yo sería una madre muy diferente si me habían criado allí en un tribu sin electricidad, agua para los baños, microondas y ropa de Zara... Hmmm. Da mucho para pensar. Me parecen muy felices allí. Faltan los medios materiales que tengo yo, así que faltan algunas de las "soluciones" que tengo yo, pero también faltan un montón de los problemas que tengo yo...

Mongolia

Hay que ver como un bebé se puede criar entre tantos animales de granja, allí suelto, muchas veces sin supervisión - sin que le pase nada. Increíble.

¿Podemos observar una cosa así sin recurrir otra vez a los prejuicios interculturales? ¿Podemos aceptar que hay miles y miles de formas de criar a los hijos? ¿Que no pasa nada hacerlas cosas de otra manera?

Japón y EE.UU.

Estas dos madres para mí sólo servían de contraste. Me interesaba mucho ver como dependemos tanto del mundo material, de tantísimas cosas que otras madres en todo el mundo no parecen necesitar ni echar de menos. También me pareceió interesante nuestros niveles de higiene comparado con la de nuestras compañeras en otros países. Sí, sé que muchos niños en países "pobres" mueren por infecciones, contaminaciones, virus, fiebres, diarreas etc. Sin embargo, estoy cuestionando hasta qué punto tienen que intervenir muchos otros factores - como desnutrición, desastres naturales y plagas - para que eso sea el caso. Parece que hay un montón de niños en el mundo - de bebés recién nacidos - que tienen unas defensas hechas de hierro. Ahora entiendo porque algunos expertos están empezando a preocuparse tanto por los efectos de nuestra obsesión con la higiene, los productos de limpieza...


Estas son mis conclusiones personales después de ver Bebés:


Es bueno para todos los niños y - en mi opinión - para todos los adultos ver este documental. Es tan sencillo, sin diálogo, sin subtítulos, pero nos hace cuestionarlo todo.

Es bueno en especial para nuestros hijos adoptados de otros países porque muchas veces creo que sin querer elaboramos (con mucha ayuda de la sociedad, las noticias y más) una imagen negativa de la situación "allí" - donde la gente no es como nosotros - como si todos fueron pobres, quizás sucios, raros... Necesitan ver lo bonito que puede ser la vida en cualquier rincón del mundo, incluso cuando no sigue las estrictas reglas científicias de occidente.

Es bueno humanizar esas personas de lejos, ver que son exactamente como nosotros (sólo hay que notar como todos los bebés pasan por las mismas etapas de desarrollo), que aman a sus críos, que les cuidan a su manera y que la vida sigue adelante en todos los rincones del mundo, incluso sin carritos de marca, ropita de punto hecho por la abuela con muchos lazos, geles de baño, algodones, pomadas, pañales, parasoles, cremas solares, chupetes, biberones, papillas empaquetadas, leches en polvo...

Es bueno darnos cuenta de que hay vida - buena vida, vida real, vida digna, vida fascinante - más allá de nuestras fronteras :)


Es bueno considerar que si las condiciones de la familia de origen lo hubieron permitido, nuestros hijos podrían haber vivido perfectamente en sus países de origen.


Es bueno aprender de los demás. ¿No?

sábado, 7 de mayo de 2011

Reflexiones sobre el Racismo





Tengo una copia del informe anual de SOS Racismo - sin abrir, prácticamente - desde hace años.



Tengo también un enorme documento sobre racismo que imprimí desde Internet hace mucho tiempo. No lo he leído.



¿Por qué?


He hecho trabajos sobre inmigración; he trabajado con inmigrantes y refugiados; he hablado con personas de raza negra en EE.UU. sobre sus experiencias con el racismo; he conocido el racismo en primera persona desde antes de adoptar a mi hija - de raza asiática - a través de comentarios sorprendentes de personas de confianza a mi alrededor.


A veces me encuentro con un tema así - que tiene tantísima relevancia para mi vida pero que no soy capaz de investigar. En cualquier momento me puedo convertir en una investigadora incansable, detective, espía, como el perro de un cazador. Sigo cada rastro, busco nuevas pistas, quiero saberlo todo.


Pero no es así con el racismo. No sé si es porque tengo miedo o porque siento tanto rechazo - o porque me temo que podría existir dentro de mí algún rastrillo de esta amenaza, esta odiosa característica del ser humano que tanto detesto - incluso una pizca de algo parecido a la sensacón de haber tenido suerte por haber nacido blanca...



En su libro "Más allá de las buenas intenciones - una madre reflexiona sobre la crianza de niños adoptados en el extranjero", Cheri Register dice que si no te veas capaz de casarte con una persona de la misma raza de tus hijos, no debes de adoptarles. Me parece un concepto interesante - el simple hecho de imaginarse casado con una persona de otra raza. ¿Choca? ¿Da igual? ¿Puedo imaginar mi vida casada con un hombre chino, nacido en china o en EE.UU. o en España? Es un ejercicio interesante. ¿Cómo me siento? ¿Por qué?



A veces hace falta un ejercicio así para descubrir facetas de nosotros mismos que no sabíamos que existían.



Hay que diferenciar entre racismo y xenofobia. "El racsimo es una ideología de superioridad mientras que el xenofobia es un sentimiento de rechazo." (Wikipedia) Es una distinción útil, porque se confunde tanto, tanto - en los medios de comunicación, en los foros, en las conversaciones cotidianas.





¿Me siento superior por ser de raza blanca?



¿Se siente mi amiga china superior por ser de raza asiática?



¿Se ve mejor nuestro amigo de la áfrica subsahariana mejor por pertenecer a la raza negra?



Creo que en el fondo de cada corazón, lo normal es sentir que uno ha tenido suerte por haber nacido en su piel. El conflicto ocurre cuando uno se encuentra en una minoría, como cuando un niño de raza minoritaria se cria dentro de una familia que pertenece a la mayoría, cuando uno percibe que no pertenece al grupo, que es diferente y que los demás le ven como menos afortunado por haber nacido en su piel.


Los hijos de razas minoritarias tienen muchas probabilidades de experimentar alguna vez la xenofobia y esto me preocupa. Pero casi me preocupa más el racismo, esa ideología de superioridad que sale de mil formas a diario, que deja claro - casi siempre sin querer, creo yo - que nuestros hijos no han tenido la suerte de haber nacido blancos. Gracias a ello, muchos no gustan lo que ven en el espejo: se sienten blancos por dentro y saben que lo que más vale aquí es ser blanco. El espejo les obliga a reconocer la verdad - que no lo son.



Tengo pendiente entrar más a fondo en el racismo.



Por el momento, mi gran objetivo es que mi hija valora su raza igual que la mía.



Lo más fácil es negar que la raza importa, cerrar los ojos y vivir como si todos fuéramos exactamente iguales. Sin embargo, sé que la sociedad no está de acuerdo - seguirá enviando mensajes tanto sutiles como directos sobre el significado de su raza y la superioridad de la raza blanca en Europa. Por eso tengo hacer lo difícil: tomarlo en serio, actuar, hablar, informarme a mí y a ella para que comprenda el verdadero significado de su piel, sus ojos, su nariz, su pelo... que no le hace superior a nadie, pero tampoco inferior y que es una suerte nacer como ha nacido, y de pertenecer a la raza a la que pertenece.









domingo, 1 de mayo de 2011

Y el Padre Biológico...




En su libro Lost and Found (Perdido y Encontrado*) Betty Jean Lifton analiza a fondo la experiencia de varias personas adoptados que han buscado a sus padres biológicos - con o sin éxito. Lifton es una figura importante en el mundo de las adopciones en Estados Unidos porque es psicólogo (doctorada y especializada en adopción), es adoptada, es autora de muchos libros sobre adopción y lleva muchos años trabajando con personas adoptadas y entrevistando tanto a ellos como a otros expertos. También está conocido por estar a favor de abrir los archivos de los adoptados y dejarles descubrir su pasado sin trabas legales.




La búsqueda de la madre biológica como lo presenta Lifton es fascinante. Nos lleva por un laberinto de posibles resultados, expectativas y reacciones tanto por parte del hijo como por parte de la madre. Pero según Lifton la búsqueda del padre es distinta:




"Buscando al padre es la última etapa de La Búsqueda, pero uno normalmente no lo comienza hasta que se ha llegado a digerir la reunión con la madre. Habiendo gastado tanta energía en esa primera búsqueda, el adoptado no tiene la energía psíquica para buscar al padre enseguida. Una vez más, el tiempo es un factor. Varía con todo el mundo, pero los adoptados parecen tener un reloj interno distinto a los demás. Sus amigos no pueden creer como pueden ir dejando pasar los meses, incluso años, entre una etapa y otra de La Búsqueda. (Un hombre adoptado) dijo que incluso su padre adoptivo se estaba preguntando porqué había dejado pasar cinco años después de encontrar a su madre biológica sin hacer nada por buscar al padre. Yo tardé diez años en poder preguntar a mi madre quién había sido mi padre. Sin embargo, conozco otras personas que parecen preparados para buscar después de unos meses."




Me acuerdo que de 4 a 5 años mi hija estaba muy preocupada por su madre biológica: ¿Dónde estaba? ¿Podríamos visitarla? Si fuéramos a China ¿podríamos encontrarnos fácilmente con ella? Si no sabíamos dónde estaba ¿Por qué no llamarla? Tuvimos que tratar estas preguntas una y otra vez. Ella incluso dibujo varios planos para llegar a casa de su madre cuando le explicamos que nos faltaba información para saber llegar a su casa.




Entonces una noche, entré en su cuarto para darle un besito. Su hermana ya estaba dormida. Era el momento perfecto... "Mamá ¿y mi padre chino?" Y tuvimos que comenzar de cero con las mismas preguntas - incluso la misma posibilidad de llamarle por teléfono si no podríamos encontrar su casa.




Desde entonces el padre ha sido una figura de interés, pero no como la madre.




Lifton nos recuerda que el papel del padre es bien distinto a la de la madre:




"En los días anteriores a las pruebas de ADN, Margaret Mead me recordó que el papel del padre humano fue una invención social, mientras que el rol de madre es un hecho palpable. Lo que quería decir es que la paternidad tenía una trampa conveniente - porque mientras se podía probar quien no era el padre, no podrían probar quién lo era.




"No pocos hombres se han aprovechado de la ambigüedad de la naturaleza negando su paternidad. Mi padre fue uno de ese género de los machos... Durante una cita con mi madre se había calentado rápidamente - él tenía veintiún años, ella dieciséis - pero se enfrió incluso más rápidamente cuando la tía de mi madre le informó de que estaba embarazada. No estaba dispuesta a casarse con ella, incluso con la promesa de anularlo inmediatamente después.




"Si uno quería ser generoso, podría decir que los hombres como mi padre son víctimas de su biología, también - en que no pueden controlar esas espermas pródigas, que van adelante en un momento de pasión - en que la naturaleza no les ha capacitado con suficiente imaginación para proyectar nueve meses en el futuro cuando de esa unión tan impulsiva saldrá una niña o un niño real y vivo, quizás incluso su vivo retrato.




"Veo mi padre macho y su tipo en el chimpancé varón quién, habiendo hecho su deporte, se va a otra parte de la jungla.




"Veo mi padre macho en los soldados irresponsables quienes hicieron y siguen haciendo los bebés de Japón, Corea, Tailandia, Vietnam, Alemania - vayan dónde vayan nuestras tropas en el mundo - los bebés que dejarán y que han dejado sin nombres, sin apoyo, sin cariño, y sin ni sus familias ni sus gobiernos obligándoles a ser responsables.




"Pero, también tengo empatía para mi padre. Está muerto, así que nunca podré saber cómo me hubiera recibido. Los que le conocían bien dicen que su culpabilidad podría haber sido el motivo de la rabia que llevaba con él durante toda su vida, y por su devoción a los niños de los demás. A pesar de todo, la parte de mí que añora ver la cara de mi padre, llora por el padre macho que nunca conoceré."




Lifton reconoce que hay todo tipo de padres. Hay los que se preocupan muchísimo por los hijos que engendran. Y aquí me gustaría mencionar que he encontrado casos importantes en Estados Unidos de padres que han peleado durante años en los tribunales para conseguir a los hijos que fueron dados en adopción por sus madres biológicas. También hay padres que reciben a sus hijos con muchísima alegría - incluso cuando nunca sospecharon de la existencia de estos. Conozco varios casos así:




-Una amiga que tuvo un hijo sin casarse del padre, por fin decidió escribirle una carta porque el hijo preguntaba tanto por su padre. El padre estaba loco por conocerle y formar parte de su vida.




-Un padre que nunca tenía ninguna constancia de haber sido padre se dejó entrevistar por Radio Nacional de EE.UU. (NPR) después de que su hijo le encontrara y le contara la verdad. El hijo es su vivo retrato y está contentísimo de ser padre. Hoy tienen una buena relación.




-El hermano adoptado de una amiga mía encontró a su padre. Resultaba ser un motorista al estilo de los "Hell's Angels". El padre dio saltos de alegría y convocó a toda la familia extensa para una fiesta que dejó asombrado a su hijo.




-Un hombre que se había opuesto al embarazo de su novia dejó que ella dio a la niña en adopción. Sin embargo, cuando la niña tenía 10 o 11 años y la madre no pudo resistir el deseo de encontrarla, el padre fue con ella (que la pareja siguiera juntos). Pasaron por la casa de la niña en su coche y allí estaba, jugando en la calle. Desde ese momento, el padre ha mostrado mucho interés en "su niña" - lo cual ha causado una situación incómoda para los padres adoptivos, pero eso es otra historia.




Muchos de nosotros hemos adoptado de países lejanos y quizás nuestros hijos nunca van a conocer ni a sus madres biológicas ni a los padres, pero creo que los casos que si podemos conocer, pueden servir para ayudarles a comprender este fenómeno y quizás sentirse más completos.




Me encantaría conocer las impresiones y experiencias de vosotros en cuanto a los padres biológicos, desde experiencias de haberles conocido hasta la experiencia de hablar con nuestros hijos sobre este aspecto de su pasado.




*"Lost and Found" is como se llama "Objetos Perdidos" en inglés. En EE.UU. se podría escuchar un intercambio así: "I can't find my watch." "Have you checked the Lost and Found?" (No encuentro mi reloj. ¿Has comprobado el "lost and found"?) Así que el título del libro está jugando con este concepto. Es más que simplemente "Perdido y Encontrado", es un lugar donde se encuentra lo perdido...