He decidido que por cada noticia dedicada a problemas relacionadas con la adopción, deberíamos (nosotras - las familias) conseguir que salgan dos o tres (o más) sobre temas positivos y/o constructivos - para dar una visión más equilibrada de nosotros a una sociedad que todavía está intentando encajar y comprender esta forma de hacer familia.
Hoy cuelgo otro artículo - otro que se trata del "lado oscuro" - el fracaso. Detecto varios elementos que han sido reciclados de otros artículos, pero la verdad es que el periodista Carlos Mínguez parece haber hecho sus deberes. Da un punto de vista bastante amplio y equilibrado, creo.
Lo que me gusta de este reportaje es que
*intervienen muchas personas de distintos ámbitos del mundo de la adopción
*reconoce que los casos de fracaso total (ruptura de la familia) son escasos
*hablan mucho de dar apoyo y seguimiento a las todas familias durante esos dos primeros años que he leído en otras fuentes de información son tan claves para el éxito del proyecto.
*mencionan el hecho de que el fracaso en las familias hechas por adopción es mucho menor que la tasa de fracaso en familias biológicas
*intenta explorar las causas del fracaso de una forma constructiva
Como siempre, podeís hacer clic sobre el títular para ver el reportaje original que ha salido hoy en el Diario de Sevilla.
¡Y ahora - tenemos que pensar en una forma de difundir más y más información sobre otros aspectos de la adopción!
El 1% de las adopciones resultan "fallidas" y tienden a aumentar
02:52 CARLOS MÍNGUEZ (EFE)
MADRID. Los casos son pocos -apenas el 1 por ciento del total- pero los niños y adolescentes que tienen la desgracia de vivir este drama suman un segundo abandono a la tragedia del primero. Son las adopciones fallidas, la historia de un fracaso y el resultado de una acumulación de riesgos.
En 2005 -no existen datos oficiales posteriores- se registraron en España unas 6.000 adopciones, de las cuales, según la Secretaría de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, el 90 por ciento fueron internacionales, desde países como China, Rusia, Colombia, Etiopía o Ucrania.
De ese total, organizaciones y estudiosos de la adopción coinciden en situar el porcentaje de fracasos en torno al 1 por ciento, pero no descartan que pueda ser mayor por los casos ocultos de niños y niñas rechazados por sus familias adoptivas y que son enviados a internados o instituciones similares.
Jesús Palacios, catedrático de Psicología Evolutiva en la Universidad de Sevilla y estudioso del problema, cree que, como ha ocurrido en otros países, el porcentaje aumentará en los próximos años. "Sería lo lógico", dice, porque se tiende a que haya más adopciones internacionales. Y sitúa el aumento entre el 3 y el 5 por ciento.
En los últimos años, destaca el catedrático, ha habido unas 30.000, lo que supone, tras aplicar ese 1 por ciento, unas trescientas fallidas. "Una cifra nada despreciable", apostilla. "Hemos llegado tarde y corriendo a la adopción internacional -añade Palacios-, convirtiéndonos en uno de los primeros países del mundo en número. Lo lógico es que aquí ocurra lo mismo que fuera, y que las fallidas aumenten".
Amparo Valcarce, secretaria de Estado de Servicios Sociales, no cree que sea así, "porque -dice- se están tomando medidas para atajarlo". "Estamos a tiempo de resolver y prevenir posibles problemas de futuro", agrega.
La impresión de Francisco J. Rua, coordinador general de CORA (Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopción y el Acogimiento), es que el índice "debería ir disminuyendo paulatinamente con el tiempo", ya que la formación e información a las familias se ha potenciado en las comunidades autónomas, competentes en materia de adopción. "En algunas ya existen sistemas de apoyo post-adoptivo, que suponemos se irán generalizando", insiste.
El Gobierno trabaja en un proyecto de ley para regular la adopción internacional que impulsará medidas preventivas para paliar el drama, además de apostar por una mejor coordinación entre las administraciones y por mecanismos de apoyo a las familias antes y después de que la adopción sea efectiva.
En lo que sí coinciden todos es en dejar bien claro que la adopción "funciona de manera satisfactoria" y con garantías, afirma Palacios, y que los casos fallidos "son muy pocos, pero siempre dolorosos", según Valcarce. "La frustración es doble para los adoptados. También para los adoptantes. Siempre es traumático", continúa la secretaria de Estado.
"Son muy, muy aislados, pero existen, y hay que hacerles frente", apostilla Miguel Góngora, presidente de Adecop, una de las federaciones de asociaciones de adopción internacional que hay en España.
En cualquier caso, los adoptados doblemente abandonados regresan a la tutela de las administraciones públicas, y pueden ser objeto de una nueva adopción. Nunca serán devueltos a sus países de origen, pues cuando vienen lo hacen ya con pasaporte español.
Independientemente del porcentaje, afirma el coordinador general de CORA, "cada caso es un drama familiar, sobre todo para el niño que ve que le abandonan de nuevo, después de venir desde cualquier confín del mundo".
Francisco J. Rua advierte que el porcentaje de abandonos "es muy inferior al que existe entre familias biológicas". Recientemente se ha sabido que en España existen 30.000 niños tutelados por las administraciones públicas.
Prevenir, actuar en la fase previa a que se haga efectiva una adopción - "buscar una familia para un niño que la necesita, y no al revés", aclara Palacios-, es clave para combatir el drama, según Valcarce. También lo es que los padres sepan que pueden recibir ayuda de especialistas cuando "los desajustes" aparecen, y no esperar a que el problema "esté enquistado".
La secretaria de Estado habla de la necesidad de que funcionen los mecanismos que determinan la idoneidad de unos padres para convertirse en adoptivos, y que los criterios de selección "se apliquen perfectamente" por unos profesionales bien formados.
El coordinador general de CORA apunta la falta de preparación, formación e información previa que las administraciones autonómicas ofrecen a las familias como causas de las adopciones fallidas, "aunque cada caso es diferente", reconoce.
"Las familias -dice Francisco J. Rua- vamos con un niño ideal en la cabeza, que es prácticamente imposible que se cumpla. En la fase previa las familias nos tenemos que preparar para asumir los factores especiales de nuestros hijos: edad, raza, sexo, origen e historia pasada". Después, los servicios post-adoptivos "deben ayudarnos a solventar cualquier tipo de conflicto, o dudas que nos puedan surgir en la convivencia y adaptación inicial", propone el coordinador de CORA.
Es fundamental, pues, y en esto también coinciden todas las fuentes consultadas, un apoyo multidisciplinar cuando el menor ya se encuentra en casa. Un apoyo o seguimiento post-adoptivo que para Amparo Valcarce debería prolongarse, "como mínimo", durante los dos primeros años.
La edad, tanto de los adoptados como de los adoptantes, puede ser un factor de riesgo. Antonio Llorente, presidente de Feecai (Federación Española de Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional), lo tiene claro: "es determinante", como lo es también que los padres "no hayan interiorizado realmente lo que están haciendo". "Muchos -dice- no llegan a interiorizar la adopción, y luego echan la culpa al proceso. También hay que decir que se está animando en exceso" a la adopción internacional.
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