Crear lazos afectivos con niños – sobre todo mayores que un año - que han estado en un orfanato o en alguna situación difícil puede requerir paciencia y una dedicación especial por nuestra parte.
Me encantan las historias de las familias que lo han hecho – a pesar de todas las dificultades – para luego contarnos lo muchísimo que quieren a sus hijos y estos a ellos. Han cogido unas lanas en crudo y han encontrado la forma de tejer una obra de arte, sacando lo mejor de sus hijos y lo mejor de si mismos.
Muchas veces esto se hace sin ayuda profesional - a la fuerza, por voluntad propia, aprendiendo a ser más pacientes, haciéndose cada vez más sabio, trabajando muy duro, quizás durmiendo muy poco, en algunos casos esforzándose más de lo que uno pensaba posible, dándole al niño lo que parece necesitar en cada momento.
Sin embargo, por lo que cuenta la trabajadora social clínica Deborah Gray en su libro “El Apego en la Adopción”, a veces las problemas son tan difíciles (y los padres tan hechos polvo) que hace falta pedir ayuda a un profesional.
Según Gray estos factores indican que un niño necesita ver a un profesional:
*Para el niño, su adopción es lo que más le define. Diría, por ejemplo, “No puedo hacer amigos porque soy adoptado.”
*Demuestra los signos clásicos de problemas en un niño: esconde comida, no controle los esfínteres por la noche después de haber quitado bien el pañal, sufre insomnio, duerme demasiado durante más de dos semanas, le fascina el horror, tiene un miedo persistente para estar sólo o – (pasado los tres años) demuestra crueldad a los animales.
*El niño tiene problemas de aprendizaje o el Síndrome de Déficit de Atención.
*Tiene más de siete años y sigue dudando que la adopción es para siempre, aún después de haberle explicado todo muy bien.
*Un adolescente está preocupado con el idea de independizarse de sus padres algún día y no parece tener muy claro su identidad.
*No tienes la sensación de tener una buena y cariñosa relación con el niño. El o ella demuestra no haber desarrollado un buen sentido del bien y del mal, y no parece importarle agradarte.
*Demuestra una rabia que parece salir de la nada y que no parece corresponder a las circunstancias.
*Tiene una historia de abusos físicos, abusos sexuales o de una privación extrema. Incluso si no puede recordarlo, es importante pedir ayuda.
Estos factores tienden a causar unas perspectivas distorsionadas.
*El niño ha sido testigo a violencia, sobre todo violencia letal.
*Tiene enfermedades mentales en el historial familiar.
*Estuvo expuesto a alcohol y drogas durante el embarazo.
Gray también recomienda que busquemos ayuda si un niño más mayor de los nueve años no puede hablar de su adopción demostrando tanto felicidad como tristeza. Esto todavía estoy intentando “procesar” o “digerir” o lo que sea. Lo pongo para no dejar fuera ninguna de sus sugerencias .
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