Me parece importante hablar de esto porque tantos de nosotros hemos adoptado de otros paises y así entrando en contacto con otras culturas de una forma quizás más íntima de lo que nunca habríamos imaginado antes de conocer a nuestros hijos.
Hace muchos años, recién salida de la universidad, tuve la gran fortuna de trabajar en un programa del gobierno americano para inmigrantes y refugiados para enseñarles inglés ocupacional y prepararles para entrar en la cultura americana. Para eso recibí formación para entender mejor el choque cultural – una formación que me ha servido bien en mi vida personal.
Siempre digo que cuando vas a otro país o te relacionas con una persona de otra cultura – sobre todo una muy distinta que la tuya - reconocerás que estás experimentando el choque cultural cuando un intercambio te hace sentir confuso, irritado, frustrado o algún otro tipo de malestar o sensación de desorientación.
Hay un juego muy gracioso que se llama Barnga y que se utiliza para demostrar porque sentimos estos sentimientos. Los participantes de este juego no pueden hablar. Cada uno recibe una copia de las normas y tiene que leerlas en silencio. Entonces empieza el juego y empieza el caos (los choques culturales) – ¡porque cada uno ha recibido una hoja de normas totalmente distinto de lo que ha recibido los demás!
Esto es lo que pasa muchas veces cuando dos personas de mundos distintos se coinciden. Nuestra cultura consiste en miles de normas que hemos ido aprendiendo desde la cuna – pero sólo son las normas de nuestra cultura. Cada una tiene su propia colección.
Durante cualquier intercambio intercultural es conveniente recordar que lo que tienes delante – palabras, comportamientos, gestos etc. – es como el puntito de un iceberg. Debajo hay todo un continente de creencias, normas y opiniones e ideas muy distintos a los tuyos.
Me acuerdo como vine a España con ideas muy claras sobre como se guarda una cola – en un mercado, por ejemplo. Era como el juego que mencioné antes – todos siguiendo la norma de “pedir la vez”, sin que yo diera cuenta, y yo cada vez más enfadada y ofendida porque “no sabían” guardar la cola ¡y encima colándose!
Hay un concepto muy importante que debemos entender y añadir a nuestros vocabularios si vamos a entrar bien en la cultura de nuestros hijos y es el “etnocentrismo” – la creencia (muchas veces inconsciente) de que nuestra cultura es superior a la otra que tenemos delante.
Sentir etnocentrismo es normal. Ser etnocéntrico es normal.
Es normal, pero no es bueno para nuestras relaciones internacionales así que nuestro objetivo es ir adentrándonos en la otra cultura hasta poder dejar atrás el etnocentrismo y ver las cosas desde el punto de vista de la cultura en cuestión – como si estuviéramos criados allí dentro de su burbuja. Así alcanzaremos lo que los antropólogos llaman el “relativismo cultural”.
Esto es clave para padres adoptivos que han adoptado de otra cultura – poder entender esa otra cultura como se entiende desde dentro, no desde fuera.
Es clave porque por la imagen que nuestro hijo tiene de su lugar de origen formará parte de su propia identidad – su imagen de si mismo. Si nuestra relación con su lugar de origen es una relación de supuesta superioridad – una relación etnocéntrica – esto tendrá sus efectos.
Con todo esto, no quiero dar el idea de que todo esto sea fácil. Llevo mas de doce años viviendo fuera de mi país y todavía me cuesta a veces ver ciertas cosas desde el punto de vista español o europeo o lo que sea. Somos humanos, así que no se trata de ser perfectos sino de ir siempre intentando y mejorando.
Y creo que esto es el mejor ejemplo que podemos dar a nuestros hijos. Habrán asuntos relacionados con su cultura de origen que van a ser dificiles de comprender y aceptar no sólo para nosotros sino también para ellos. Pero juntos podemos explorar, aprender, preguntar, investigar, conocer y así, llegar a ver desde dentro.
Hacer clic aquí para leer mas sobre choque cultural.
Hacer clic aquí para conocer Intercultural Press, un editorial con muchos libros en inglés sobre temas transculturales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario