miércoles, 2 de julio de 2008

La Foto Que No Salió

Foto: "Conseguir Objetivos: Cuanto más mayor la dificultad, más gloria hay en superarla." Epictetus

Antes de ir a China por mi hija, creo que el único consejo que se me quedó grabado en la mente era que tenía que recoger toda la información posible sobre su vida allí, su pasado, las personas que la habían cuidado, sus raices... coleccionar artefactos, lo que sea, para luego ir sacando las cosas poco a poco a lo largo de los años y así quizás, satisfacer su deseo de saber más...

Pero no es siempre fácil conseguir la información que queremos.


No culpo al gobierno Chino. En general, sé que puedan haber dificultades en todo el mundo para conseguir la información y los contactos que queremos para poder elaborar la historia más completa posible para nuestros hijos. Pasa con las adopciones en Estados Unidos, en Inglaterra, en España - en todo el mundo. A veces es que los padres biológicos no han dejado rastro, por la razón que sea. Pero en general, las autoridades y las leyes suelen impedir nuestro acceso a la información que más querrán nuestros hijos.


Así que no sé porque, pero a la hora de emprender un viaje al pueblo natal de mi hija, me encontré con resistencia. Según la guía, desde el orfanato habían dicho que no - or por lo menos que no me iban a recibir allí.


Para mí era muy importante por lo menos ver el pueblo donde ella había pasado el primer año de su vida. Quería hacer fotos de ese lugar, poder describírselo.


En el fondo, también quería conocer gente. Me hubiera gustado conocer a su madre de acogida, la mujer que según mis informes oficiales dormía con mi niña en su propia cama cada noche. La que comunicaba que lo que más le gustaba era bajar al parque y ver los dibujos en la televisión.


Quise conocerla para poder saber como era, para hacerle alguna foto para el album de mi hija, para hacerle un millón de preguntas. Quiso confirmar lo que sospechaba - que ella también quería mucho a nuestra hija. La niña nos había llegado en tan perfecto estado, tan cuidada e incluso le habían enseñado algún jueguecito con las manos. Quería que esa mujer supiera que la niña estaba en buenas manos, que le íbamos a cuidar muy bien y que ya la queríamos mucho, mucho.

Quise conocerla, pero eso no pudo ser. Así que me empeñe en por lo menos simplemente irme al pueblo por mi cuenta. Estaba a una hora del capital de provincia donde estábamos y junto con otro padre del grupo, mi marido y yo (que íbamos con la niña) contratamos un taxi y avisamos a la guía que nuestro plan era salir por la mañana. Fue entonces cuando me dí cuenta de que nuestro plan era chocante para ella. Estaba muy preocupada y me dí cuenta de que si algo nos pasara podría sufrir las consequencias.

Así que aceptamos su decisión de acompañarnos.

Valía la pena ir al pueblo. Era totalmente disinto a lo que yo había imaginado. Realmente, estaba pensando en un pueblecito perdido en el campo, pero es que no sabía lo que significa la palabra "pueblo" en un país como China. Fue una pequeña ciudad de unos 120,000 habitantes con un casco viejo encantador, una calle peatonal lleno de comercios y monumentos y un barrio nuevo con grande bloques de apartamentos modernos alrededor de un parque fantástico con lagos artificiales, más monumentos e incluso un "mini-gran muralla China" alrededor. Nos dijo alguién (a la guía) que se estaban preparando para el turismo - que sólo puedo imaginar que esto quiere decir que se están preparando para recibirnos a nosotros en el futuro cuando empezamos a volver con nuestras hijas...


Iba por la calle con mi cámara intentando encontrar el equilibrio entre disfrutar de cada cara, tienda, edificio - del verde de los arboles que filtraban el sol sobre el rojo de los taxi-bicicletas que iban por las calles - y captarlo todo con mi cámara...
...cuando de repente ví a una mujer mayor que venía por la acera con un bebé pequeño en brazos. Pensaba que tendría que ser una abuelita con su nieto.


La mujer nos miraba - con cautela, pero como si no pudiera evitarlo, como si tuviera curiosidad. Pero es que mucha gente nos miraba con curiosidad así que no sé porque, pero nuestra guía se acercó a ella y empezó a preguntarle cosas.


Mientras tanto, le hize una foto a la mujer con el bebé allí tan feliz acurrucado en sus brazos.


Cuando terminaró de hablar con nuestra guía, la mujer siguió su camino y la guía explicó que era una madre de acogida - ¡UNA MADRE DE ACOGIDA! - que no conocía a nuestra hija porque había muchísimas madres de acogida (no me acuerdo cuantas) en el pueblo, y que había dicho que no era permitido hacerles fotos... (¡Así que tuve la satisfacción de saber que había conseguido hacer una foto prohibida!)


En ese momento, dí la vuelta para seguir con mis ojos a esa mujer y "su bebé" justo a tiempo para ver como ella, ya algo lejos de nosotros, cogió a la pequeña contra su pecho en un abrazo y le dió lo que me pareció ser un beso. Sea lo que fuera, fue una clara muestra de cariño.


Puede que lo del cariño fue sólo mi interpretación, pero no lo creo. Lo que ví en sus ojos, en su curiosidad hacía nosotros y su conversación con nuestra guía fue una mujer que quería saber que iba pasar con la niña que estaba cuidando como si fuera suya. Seguro que todos ya saben que vienen personas de muy lejos para llevar a "sus niñas", y al vernos allí con nuestra niña en brazos, ella sabía que se estaba enfrentando con la realidad, con el futuro de la pequeña que tenía en sus brazos.

Para mí fue triste y bonito a la vez. Quise saber que había esa posibilidad, que era posible que esas mujeres se encariñaron con nuestras niñas, que de verdad mi hija podría haber recibido el regalo más grande de mundo - que es el amor - desde la primera semana de su vida (que es cuando fue recibida por su familia de acogida).


Volví de China con un juego de té hecho de la porcelana de la provincia de mi hija. Tengo guardado la ropa que llevaba cuando llegó a nuestros brazos. La compré una cometa muy bonita y bastantes cosas más. Llené dos libretas de escritos sobre nuestra experiencia allí en su país natal. Tengo videos y tengo muchas fotos - pero creo que el recuerdo que tengo de esa madre de acogida con "su niña" en brazos es el mejor de todo.


No es exactamente lo que buscaba, pero fue algo. Y es que creo que en ese pequeño viaje aprendí una cosa que quizás mi hija también tendrá que aprender: que cuando buscas algo, no siempre lo encuentras, pero puedes encontrar otras cosas muy valiosas en el camino - así que el simple hecho de buscar es muy importante.





Misteriosamente, la foto "prohibida" no salió, pero el recuerdo siempre será nuestro.












4 comentarios:

Abril dijo...

Cuanta razón tienes Brenda, en mi búsqueda he encontrado cosas sorprendentes e inesperadas, en primer lugar el reencuentro con partes no asumidas de mi misma, y en segundo lugar y lo mejor, la ayuda de gente q no esperaba, eso es algo que no olvidaré nunca, seguro!!!

gracias por todo

Brenda Padilla Ericksen dijo...

Y tu búsqueda es de lo más interesante. Los que quieren saber más deben de ir a www.historiasdeabril.blogspot.com

Es bueno para nosotros, los padres adoptivos, conocer como es una búsqueda, como te sientes tu al buscar tus raices.

Hasta pronto, Abril.

Brenda

Estibaliz dijo...

Es un verdadero placer leer tu blog. Para mi es un "inquietante" remanso de paz para reflexionar.
Los primeros tres a�os y cuatro meses de mi hija se resumen en un informe de 120 palabras. Todos los intentos por saber m�s no han servido para nada. Duele este enorme vacio negro.

Brenda Padilla Ericksen dijo...

120 palabras. Es increíble.

Si duele. La falta de información y contactos entre todas las personas que participan en una adopción (y quiero decir TODAS - incluido las familias de acogida) cree mucho dolor no necesaria.

Es un agujero negro en el que pueden caer nuestros hijos. Por eso es tan bueno reflexionar ahora que sean pequeños para ir preparándoles y haciéndoles fuertes.

Gracias por tus palabras sobre el blog. Estoy encantada de poder proporcionar información e ideas.

Brenda