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El alma está teñido del color de sus pensamientos. Pensar sólo en las cosas que pueden aguantar la plena luz del día. Tu decides el contenido de tu carácter. Día tras día, lo que decides, lo que piensas y lo que haces es la persona en la que te conviertes...
Cathy y Chas Long ya eran padres de seis hijos cuando adoptaron seis hijos más. Sí - he dicho SEIS hijos más.
Cathy cuenta su experiencia en el libro "Adoption Parenting". Dice que tanto ella como su marido estaban encantados con ser padres y siempre habían querido adoptar niños mayores que quizás nunca tendrían la oportunidad de encontrar a su "familia para siempre".
Quiero compartir la historia de Cathy y Chas como parte de todo un paquete de información que pienso colgar aquí en el blog sobre la adopción de niños mayores. Cuando hablamos de la adopción de un "niño mayor" podemos estar refiriendo a niño con tan solo dos años. Pero en el caso de Cathy y Chas, la menor de los niños tenía 10 años y la mayor 15 cuando adoptaron a un grupo de hermanos (3 chicas y un chico) más otra niña del mismo orfanato y una niña más de otro orfanato - todos de Rusia.
Para muchos de nosotros esto podría parecer una locura, pero por lo que cuenta Cathy, parecen ser personas muy pacientes. Viven en una zona rural y me da la impresión de que son personas de mucha fe.
El grupo de hermanos habían sido testigos de las peleas de sus padres en Rusia y habían sufrido frecuentes abandonos durante largos periódos de tiempo durante los cuales tuvieron que buscar comida incluso en la basura. Luego estuvieron ingresados en un orfanato, igual que las otras dos chicas. El trato que recibieron todos en los orfanatos les marcaron de una forma profunda.
Según Cathy, los tres desafíos más grandes para ella y su marido fueron:
1. Combatir el miedo y la falta de confianza que mostraron los niños.
Les daba miedo todo y no querían que viniera ninguna visita a la casa. Tuvieron que aprender a prepararles a los niños para cualquier visita: explicar quien iba a venir, porque y para cuanto tiempo iban a quedarse. Luego los niños no quisieron que los padres salieron de casa sin ellos. Querían ir con ellos y en cuando llegaron al destino querían volver a casa.
Parece que la clave era volver a expresar su amor y compromiso una y otra vez y crear una rutina bastante rígida para que pudieron sentirse seguros. Por ejemplo, durante los primeros 4 meses les llevaron a la biblioteca pública todos los día, enseñándoles a cruzar la calle, pasando sólo 10 minutos en la biblioteca y luego volviendo a casa - poco a poco haciendo crecer su confianza (tardaron un año para sentirse cómodos durante 30 minutos allí fuera de su casa). Lo mismo hicieron con el supermercado - un proceso de socialización en pequeños incrementos y a base de total constancia.
2. Enseñarles a escuchar y comunicarse
Los niños llegaron con una falta total de habilidades para comunicarse. Se distraían mientras alguién intentaba hablar con ellos. No estaban acostumbrados a que los adultos hablaron con ellos. Así que tuvieron que enseñarles a seguir una conversación. Estos padres pasaron mucho tiempo hablando después de las comidas y contestando todo tipo de preguntas (parece que bastante más de lo normal).
3. Amor/odio irracional hacía personas de su pasado
Fue difícil aceptar los sentimientos de los niños (del grupo de hermanos) hacía sus padres biológicos. De alguna forma querían a su madre biológica, pero también sentían lástima por ella. El chico la odiaba por no haberles protegido - pero no culpaba a su padre. Cathy y Chas hablaron mucho con ellos para intentar ayudarles a comprender la situación, el posible punto de vista de sus padres, lo difícil que es la vida para personas que no tienen formación ninguna, lo importante que es conseguir una buena formación...
Y los tres desafíos más grandes para los niños fueron:
1. Aprender los comportamientos que la sociedad esperaba de ellos.
Tuvieron que empezar de cero, aprendiendo a utilizar un tenedor, portarse bien en la mesa, cruzar la calle, no andar por encima de los muebles, ir por el supermercado sin abrir paquetes...
2. Vivir en una cultura nueva después de haber vivido en otra.
Como podemos imaginar, todo fue nuevo y distinto - no sólo de Rusia sino de la vida que habían conocido en un orfanato.
3. Comprender el concepto de familia.
Cuatro años después de la adopción, todavía los niños dirían cosas al estilo de "llevamos cuatro años aquí y todavía no nos habéis dado una paliza todavía" o "estamos esperando a que os emborachéis y nos abandonáis". "Poco a poco han aprendido a que así somos nosotros: trabajamos para pagar las facturas y cuidar de nuestros hijos. Estamos activos en su educación, sus deportes y sus interéses. Pasamos largas horas hablando con ellos y respondiendo a sus zillones de preguntas. Les queremos y les damos abrazos antes de dormir," dice Cathy. "Nuestro hijo Matthew está un su último año de secundaria este año. Fuimos a una exposicion de universidades y no miraría ninguno que era a más de una hora de casa. Dijo, 'Es demasiado lejos de mi casa.'"
Y las tres mayores alegrias de Cathy y Chas:
1. Siendo testigo de la alegría que los niños han mostrado por su educación.
Tienen mucha curiosidad sobre el mundo. Les han gustado desde el principio que sus padres les leen en voz alta, les encanta ver documentales y son muy respetuosos con sus profesores en el colegio.
2. Escuchar y responder a un sin fin de preguntas.
No es de extrañar que estos niños han preguntado sin parar porque estos son padres que les encantan explicarles todo, todo, todo. Dice Cathy que incluso los hijos biológicos (que eran mayores) estaban encantados con las perspectivas que aportaron sus nuevos hermanos.
3. Disfrutar de cada individuo único y verles crecer.
Dice Cathy, "Hemos recibido una oportunidad única para conocer a estos increíbles y resilientes niños. Todos sufrieron retrasos físicos debido a la mala nutrición y su desarrollo emocional también estaba comprometido. Hemos visto unos niños inmaduros crecer para ser unos adultos inteligentes y seguros de si mismos. Ha sido una alegría ver sus personalidades abrirse como un flor y su individualidad salir de allí. Su viaje ha hecho evidente que hemos añadido a nuestra familia un grupo de jovenes fuertes y inteligentes."
Si alguién piensa adoptar a niños mayores, recomiendo el libro de Deborah Gray: Attaching in Adoption - Practical Tools for Today's Parents. Sólo sale en inglés. Es una guía excelente para poder comprender a un niño mayor (a partir de 2 años creo) que ha sufrido importantes cambios en su vida y cear vínculos fuertes incluso con los niños más traumatizados.
2 comentarios:
Este comentario se dejó en otra entrada, pero conviene estar aquí también:
hola!
adoptamos un niño hace 10 años. el tenia 6 entonces.Jamás pense hacerlo...si no era bb o hasta un año...hoy les cuento q el día q viajamos a conocerlo, con pocas expectativas, ya q la edad me parecia mucha(6 años)
sin conocernos se abalanzo sobre nosotros..nos dijo su nombre y pregunto Ustedes serán mis papás del corazón? ¿cuádo nos vamos? por supuesto nunca mas nos separamos...él es nuestra vida...conoce a su mamá...fue ella la que en medio de una vida q poco le ofrecia decidió una vida mejor para sus hijos...y quien le enseño q debia amar a sus papás"del corazón" como ella nos llamó...todos tenemos mucho para dar, para recibir y para aprender...aún de aquellos q creemos caídos y golpeados por la vida.
Hola, hace casi 5 meses falleció nuestra hijita del corazón, quien tenía 4 añitos y muchos problemas de salud. Sólo pudimos disfrutarla durante 3 años medio. Yo tengo un hijo biológico de 24 años de mi primer matrimonio,y ahora mi esposo y yo (yo tengo 40, él 38)queremos adoptar nuevamente una hija algo mayor. Será un proyecto que iniciaremos el próximo año, porque aún el duelo por la pérdida de nuestra amada hijita es muy reciente. Tenemos tanto amor para dar, y además, la experiencia de haber criado un buen muchacho y la de haber tenido una hijta con tantos problemas de salud y de desarrollo, a quie le dimos el amor y la mayor calidad de vida posible mientras vivió.
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