sábado, 7 de mayo de 2011

Reflexiones sobre el Racismo





Tengo una copia del informe anual de SOS Racismo - sin abrir, prácticamente - desde hace años.



Tengo también un enorme documento sobre racismo que imprimí desde Internet hace mucho tiempo. No lo he leído.



¿Por qué?


He hecho trabajos sobre inmigración; he trabajado con inmigrantes y refugiados; he hablado con personas de raza negra en EE.UU. sobre sus experiencias con el racismo; he conocido el racismo en primera persona desde antes de adoptar a mi hija - de raza asiática - a través de comentarios sorprendentes de personas de confianza a mi alrededor.


A veces me encuentro con un tema así - que tiene tantísima relevancia para mi vida pero que no soy capaz de investigar. En cualquier momento me puedo convertir en una investigadora incansable, detective, espía, como el perro de un cazador. Sigo cada rastro, busco nuevas pistas, quiero saberlo todo.


Pero no es así con el racismo. No sé si es porque tengo miedo o porque siento tanto rechazo - o porque me temo que podría existir dentro de mí algún rastrillo de esta amenaza, esta odiosa característica del ser humano que tanto detesto - incluso una pizca de algo parecido a la sensacón de haber tenido suerte por haber nacido blanca...



En su libro "Más allá de las buenas intenciones - una madre reflexiona sobre la crianza de niños adoptados en el extranjero", Cheri Register dice que si no te veas capaz de casarte con una persona de la misma raza de tus hijos, no debes de adoptarles. Me parece un concepto interesante - el simple hecho de imaginarse casado con una persona de otra raza. ¿Choca? ¿Da igual? ¿Puedo imaginar mi vida casada con un hombre chino, nacido en china o en EE.UU. o en España? Es un ejercicio interesante. ¿Cómo me siento? ¿Por qué?



A veces hace falta un ejercicio así para descubrir facetas de nosotros mismos que no sabíamos que existían.



Hay que diferenciar entre racismo y xenofobia. "El racsimo es una ideología de superioridad mientras que el xenofobia es un sentimiento de rechazo." (Wikipedia) Es una distinción útil, porque se confunde tanto, tanto - en los medios de comunicación, en los foros, en las conversaciones cotidianas.





¿Me siento superior por ser de raza blanca?



¿Se siente mi amiga china superior por ser de raza asiática?



¿Se ve mejor nuestro amigo de la áfrica subsahariana mejor por pertenecer a la raza negra?



Creo que en el fondo de cada corazón, lo normal es sentir que uno ha tenido suerte por haber nacido en su piel. El conflicto ocurre cuando uno se encuentra en una minoría, como cuando un niño de raza minoritaria se cria dentro de una familia que pertenece a la mayoría, cuando uno percibe que no pertenece al grupo, que es diferente y que los demás le ven como menos afortunado por haber nacido en su piel.


Los hijos de razas minoritarias tienen muchas probabilidades de experimentar alguna vez la xenofobia y esto me preocupa. Pero casi me preocupa más el racismo, esa ideología de superioridad que sale de mil formas a diario, que deja claro - casi siempre sin querer, creo yo - que nuestros hijos no han tenido la suerte de haber nacido blancos. Gracias a ello, muchos no gustan lo que ven en el espejo: se sienten blancos por dentro y saben que lo que más vale aquí es ser blanco. El espejo les obliga a reconocer la verdad - que no lo son.



Tengo pendiente entrar más a fondo en el racismo.



Por el momento, mi gran objetivo es que mi hija valora su raza igual que la mía.



Lo más fácil es negar que la raza importa, cerrar los ojos y vivir como si todos fuéramos exactamente iguales. Sin embargo, sé que la sociedad no está de acuerdo - seguirá enviando mensajes tanto sutiles como directos sobre el significado de su raza y la superioridad de la raza blanca en Europa. Por eso tengo hacer lo difícil: tomarlo en serio, actuar, hablar, informarme a mí y a ella para que comprenda el verdadero significado de su piel, sus ojos, su nariz, su pelo... que no le hace superior a nadie, pero tampoco inferior y que es una suerte nacer como ha nacido, y de pertenecer a la raza a la que pertenece.









4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante, y creo que acertado eso de no adoptar a alguien con quien no te casarías (por raza).

Yo he sentido muchas veces tener suerte por haber nacido blanca, en Europa, incluso por estar bautizada aún sin ser creyente ?por que? porque pertenecer "al rebanyo" ofrece muchas ventajas y tranquilidad. No sentiría que he tenido suerte de haber nacido igual si viviese en una aldea de China o Mozambique...


En la guardería para ninyos chinos a la que va mi hija, he visto muy claramente a padres y madres chinos que "aprecian" más a mi hija que a otras y rascando un poco, da la sensación de que piensan que la ninya ha tenido suerte de ser adoptada, pero hubiera sido mejor que la adoptase una familia china.

Hace pocos días hablé con una adoptada coreana de unos 40 anyos. Primero me dijo que le pequenya lo pasó mal no por ser adoptada, sino por ser la única asiática de su pequenyo pueblo. Después me dijo "no te preocupes por tu hija. Además, ya verás como es excepcional en los estudios. Yo lo era! conozco a muchos asiáticos y todos lo son".

Siempre, siempre siempre que alguien que vive siendo minoría me ofrece palabras de seguridad, confianza y "orgullo" me inunda una enorme felicidad, la felicidad de saber que se puede conseguir y que mi hija puede hablar así en el futuro.

Además ultimamente me imagino a nuestros hijos haciendo de "blogueros dicharacheros" compartiendo desde su perspectiva... creo que se sentirán menos en minoría. Ojalá!

Saludos
Eva DE

Mei dijo...

Interesantísimo este tema...entramos en el asunto???? Yo estoy dispuesta...Venga, Brenda...ánimo!!!
Espero nuevos post con este fondo...

Mei dijo...

Añado, porque acaba de pasar...Entra mi marido a la cocina..."el tendedero que compraste en "los chinos" tiene una nueva rotura..." "Ah Sí...vaya, claro como es de los "chinos", verdad???...pues yo tengo dos hijos chinos y son de primera calidad"...
Odio decir...vamos a comprar a "los chinos"...Siempre le digo a mi hija a la tienda china o almacen chino...por esos pequeños detalles comienza el racismo...superioridad incuestionable de algunos que NO han nacido fuera de aquí...Siempre le corrijo a mi marido...no son "los chinos, si no tendríamos que decir que voy a comprar en los españolitos...o no???"

Ana Mercedes Escobar dijo...

Es interesante conocer los problemas raciales entorno a la adopción en otros países. En mi país, Colombia, los colombianos preferimos adoptar niños nacionales nunca de otros países y aún así el problema del racismo es frecuente. Se discriminan particularmente niños provenientes de comunidades indígenas o de raza negra. Los niños mestizos o blancos, son discriminados por otras cosas dentro de las familias adoptivas y la comunidad, y son envidiados por el hecho de ser blancos y adoptados. Cuando los extranjeros viajan a mi país para adoptar, la gente en la calle se queda mirándolos pues el contraste por color de piel llama su atención. Inmediatamente la gente murmura: "vinieron a adoptar". Observan a un niño nacido en mi país con unos padres extranjeros, que hablan otro idioma, tratando de comunicarse. Es curioso, pero como la adopción está reciente, se nota una distancia entre el niño y los padres adoptivos; más de parte del niño que de los padres. Los padres se intimidan por la forma como la gente los mira, pueden sentir que la mirada es invasiva, pero es algo cultural nuestro.