domingo, 22 de mayo de 2011

¿Cuando es el mejor momento?

¿Cuándo es el mejor momento para hablar de temas serios, difíciles o complejos con nuestros hijos?


Durante estos más de 15 años que llevo criando a mis hijos, he observado que para muchos padres nunca llega el momento perfecto. Durante la etapa pre-escolar, los niños son muy pequeños (y estoy de acuerdo), pero en primaria siguen siéndolo. Entonces, de repente, llega la adolescencia y ya parece estar un poquito tarde, porque por muy sofisticados que parezcan los adolescentes, ya no quieren hablar de temas difíciles con... ¡sus padres!

Hablando de "Conversaciones Difíciles" la especialista en adopción, Holly van Gulden, dice:


"Los padres tienden instintivamente a esperar a que el niño sea mayor, tal vez adolescente, para hablarle de los hechos delicados de su pasado. Según mi experiencia, la adolescencia no es el mejor momento para compartir ese tipo de información. Dos de las tareas a las que se enfrentan los adolescentes, individualizar y separar, pueden hacer que les resulte problemático elaborar y exteriorizar la información delicada: Durante la adolescencia, el joven, está elaborando la cuestión '¿Quién soy?' Basándose, en parte, en la percepción que tiene de su historia hasta ese momento. Por otro lado, los adolescentes se están preparando para abandonar el nido familiar. Los adolescentes adoptados pueden preguntarse '¿Quién soy y en qué me diferencio de mis padres (adoptivos)?' Pueden llegar a la conclusión de que son exactamente iguales que la imagen - correcta o incorrecta - que tienen de sus padres biológicos.

"La adolescencia es una etapa crítica y compleja para aportar información nueva, diferente y negativa acerca del pasado de un joven. Aunque los niños pequeños sean aparentemente más vulnerables, por lo general elaboran con mayor facilidad la información negativa, no sin dolor, confusión y algún sentimiento de culpa, pero las posibilidades de que interioricen sentimientos de culpa y se avergüencen de las acciones realizadas por otros son menores. Un niño que tiene entre 8 y 10 años dispone de más tiempo para elaborar y re-elaborar la información y para conseguir crear una imagen positiva de él mismo, antes de comenzar a abandonar emocionalmente el nido familiar." (*)

Van Gulden está hablando de la necesidad de hablar con hijos adoptados sobre información delicada relacionado con su historia: abandono, incesto, violación, maltrato. Pero me gustaría sugerir que su consejo sirve para cualquier tema difícil que debemos de tratar con nuestros hijos - y hay muchos.

Pero es fácil dejarlo siempre para un poquito más adelante. Lois Ruskai Melina, autora de varios libros sobre adopción, comenta que "los años desde los 7 hasta los 11 años de edad son críticos para niños adoptados, pero tanto los padres como los profesionales muchas veces se olvidan de la importancia de esta etapa". Explica que estos años tienden a ser años "fáciles" comparados con las exigencias de la etapa pre-escolar y luego las tormentas de la adolescencia. Sin embargo los niños de 7 a 11 años están pensando mucho en la adopción y algunos de sus pensamientos son preocupantes:

"Cuando los niños comienzan en el colegio, se encuentran con que el mundo es mucho más grande que su experiencia personal. Se encuentran con la diversidad. Conocen a personas con diferentes capacidades mentales y físicas, diferentes estilos de vida, diferentes creencias y diferentes apariencias. Lo más importante es que se dan cuenta de que no todo el mundo es adoptado y quieren saber porque no son como los demás y qué es lo que han perdido al ser adoptados.


"Entonces quieren saber por qué fueron entregados para ser adoptados y como eran sus padres biológicos. También se sienten tristes y enfadados mientras experimentan el duelo por lo que podría haber sido."

Sin embargo, muchos - quizás la gran mayoría de los niños - en esta etapa puede que no hablen sin la ayuda de sus padres. Algunos ya habrán captado el mensaje - que sus padres no se sienten cómodos hablando más allá del bonito cuento del viaje que hicieron para recogerles, que se ponen nerviosos con las preguntas difíciles. Otros no querrán hacer daño a sus padres pese a lo abiertos que han sido hasta el momento. Y habrá tanta actividad, tantas distracciones - colegio, actividades extraescolares, deportes, cumpleaños, comidas familiares, amigos, primos, viajes - que fácilmente pasarán estos años sin que digan nada o casi nada.



En su libro "Telling the Truth to your Adopted or Foster Child", Keefer y Schooler nos advierten que los más probable es que nuestros hijos sepan más de lo que nosotros imaginamos y nos animan a hablar con ellos antes de que lo hagan los demás. "Cuando la información llega al niño por la boca de otra persona que no sea el padre o la madre, el niño no tiene el apoyo de sus padres para integrar esa información de forma positiva en su identidad."

Una vez más, están hablando de información delicado sobre la historia personal del mismo niño, pero pienso que es lo mismo para otros temas difíciles - tantos los "normales" (sexo, droga, paz, guerra, el sentido de la vida, la muerte) como los "extras" de las familias adoptivas (abandono, familia biológica, el rol de los genes, posibles sentimientos de culpa o vergüenza por algo relacionado con su situación, miedo de ser abandonados otra vez o secuestrados o reclamados por su familia biológica, preguntas sobre si los casos de "robos de bebés" podrían tener algo que ver con ellos, raza, racismo, xenofobia).


Van Gulden recomienda que tratemos estos temas con nuestros hijos desde que tengan más o menos 8 años (dependiendo el niño/niña) para conseguir que tengan una buena formación antes de entrar en la adolescencia.


¿Como hablar de cosas tan fuertes con niños de sólo 7 o 8 años? Con mucho sentido común. Hasta Van Gulden reconoce que no vamos a decirles todo a esta edad. En primer lugar, les tenemos que conocer bien, escuchar bien, observar bien para saber dónde están y qué es lo que necesitan saber y hasta dónde pueden llegar.

Luego comenzamos a sacar los temas de forma natural (a base de noticias de actualidad, libros, películas, preguntas como "¿Alguna vez te has preguntado...?, o comentarios como "Hoy he leído algo muy interesante sobre...") y dar una información muy básica, muy simple - sin detalles que serían demasiado para ellos - pero siempre diciendo la verdad. Luego, construimos sobre esa base de la verdad, trabajando la información, añadiendo detalles, respondiendo a sus preguntas - que serán cada vez más importantes.


¿El objetivo? Tener estas asignaturas bastante conseguidas antes de llegar a la pre-adolescencia alrededor de los 12 años (¡que puede llegar antes!).

Una vez más, me gustaría destacar nuestra tendencia como padres para exagerar la inocencia de nuestros hijos y subestimar su capacidad para descubrir y explorar temas de gran transcendencia para ellos. Quizás seamos un poquito egoistas en este sentido - porque duele verles crecer y perder la inocencia. Queremos alargar este período durante el mayor tiempo posible para disfrutar de algo tan bonito, algo que se pasa demasiado rápido y que nunca lo vamos a poder recuperar.

Pero cada vez más, estoy convencida de que la calidad de la adolescencia de nuestros hijos dependa muchísmo de como aprovechamos la niñez para hablar de los más importante, para fomentar el pensamiento crítico, para poner las bases del sentido común y la sabiduria, para ayudarles a trabajar con la información que realmente importa, para enfrentarse con lo más duro de la vida mientras que todavía se permitan contar con el apoyo de nosotros, sus padres.


El tiempo es oro: ¡Aprovéchalo!

*Conversaciones Difíciles, Holly van Gulden, traducido y adaptado por Montse F y postadopcion.org

6 comentarios:

Mari Carmen dijo...

Nosotros ya hace años empezamos ,primero con cuentos ,luego incorporando a los padres bio en otros cuentos o guiñol y cuando por ejemplo salió la película de dibujos animados de Disney: DESCUBRIENDO A LOS ROBINSONS.
En ella salía una imagen en que la madre biológica dejaba al bebé envuelto en una mantita en la puerta de una casa,la que más tarde sería su madre adoptiva.
También hace casi dos años hablamos sobre la política del hijo único,sobre las creencias o costumbres sobre el sexo del bebé,también comentamos casos de varios tipos,por ejemplo ser mamá soltera en china,adolescente embarazada etc....etc...y la semana pasada ella misma (mi hija mayor,que tiene 10 años y casi medio ) me preguntó que es lo que le pasaba a ese niño que tenía en la mano una foto de un bebé y que yo estaba leyendo en mi blog,pues lo estaba poniendo en ese momento........era lo de Hunan y casos que se cuentan que han salido a la luz,así que con naturalidad y la verdad por delante le dije lo que había pasado..........estubimos hablando y mi hija me decía lo que pensaba y yo si consideraba que tenía razón,pues son cosas lógicas,pues se la daba y hablabamos de las cosas que pasan en el mundo ,de las injusticias pese a que padres adoptivos en su día realizaran los tramites correctamente y que no supieran de más allá de los que les comunica el informe.
Creo que es fundamental porque igual que lo sabemos los adultos con los años,nuestros hijos tienen que saber todo campo de probabilidades y sentir que en su casa se puede hablar de todo sin tapujos ,con sinceridad y sobre todo con honestidad,la base de toda confianza para una relación futura.
De esta manera he visto su reacción ,su pensamiento y a su vez ella puede confiar en nosotros que la informamos de lo que sabemos en ese momento en concreto,lo que da pie a ampliar información para cuando se supiera más.........
Mª Carmen

Anónimo dijo...

Como siempre, Brenda, una estupenda entrada. Yo no tengo nada que anadir. Solamente que estoy de acuerdo en todo y que subestimamos las capacidades de entender las cosas de nuestros hijos.

También te digo que yo tengo un poco de miedo. Mi hija empieza el próximo curso primaria y entra en colegio nuevo... además de sus preguntas de siempre, ahora recibirá más preguntas de sus nuevos companeros...
esperemos que siga igual que siempre hablándolo todo en casa

gracias de nuevo
Eva

Mari Carmen dijo...

Brenda por lo que comentabas es tu post,viene a cuento esta noticia:
http://meiycarla.blogspot.com/
Padre del hijo perdido adoptado tiene en la lucha a los tribunales
ACTUALIDAD:.Un matrimonio chino halla a su hijo perdido hace 19 años en Estados Unidos
La vida es una tombola y nunca se saba en que lado te puedes encontrar,así que mejor hacer las cosas bien y explicar......

Anónimo dijo...

Magnífica entrada (as usual).
Yo creo que hay que hablar de todas estas cosas antes de que las entiendan, precisamente para que cuando las entiendan, no les sorprendan, no les suenen a chino.

Los míos no han llegado aún a los 8, pero ya hablamos y hablamos, y hablamos.

Como me dijo una vez una psicóloga, no esperes que en la adolescencia te cuenten todo lo que les pasa (o les pasa por la cabeza). Pero si han aprendido que se puede dialogar contigo, cuando les suceda algo importante, sabrán que te lo pueden contar.

No aspiro a más.

http://madredemarte.wordpress.com/

Patri dijo...

Brenda, me tomé el atrevimiento de colocar un link en mi blog a esta entrada ya que me pareció muy interesante. besos!

María de Bahía dijo...

Brenda, muy interesante tu post. Y muy cierto, también. Yo recuerdo esa etapa de la escuela primaria como unos ños muy intensos en mis reflexiones sobre mi condición de adoptada. Sin embargo, incluso mis amigas más cercanas se sorprenden cuando leen ahora en mi blog lo que yo sentía entonces (¿Desde cuándo te busco?) porque dicen que yo jamás hablaba con ellas de nada y hasta se preguntan, con algo de culpa, dónde estaban ellas, por qué no me escuchaban. Y es que es así, uno no habla, aunque querría hacerlo. Habla sólo cuando la conversación la inicia otro. Por eso creo qeu es importante que los padres adoptivos no se engañen pensando que su hijo/a, que no habla ni pregunta, no piensa... Y por último, comparto tu reflexión sobre la importancia del tiempo que nos tomamos para hablar con nuestros hijos, y sí,la clave es escucharlos. Un beso.