lunes, 2 de junio de 2008

Lo que tenemos en común

Foto: "Tengo el derecho a ser yo mismo y la responsabilidad de aceptar las diferencias de los demás."


Creo que ya es hora para otra "historia verdadera".

Esta vez una madre Deborah Egan, nos cuenta en "Nacidos en Nuestros Corazones" (en inglés), como su hija descubrió que por primera vez que el color de su piel podría ser un factor de interés para los demás.

Es interesante porque parece que Deborah se había preocupado por proporcionar un medio "multicultural" para sus hijos desde pequeños, así que con seis años, la niña no estaba consciente de que a alguien le podría interesar la piel tan bonito que había traído a Estados Unidos desde Ecuador - hasta que la matricularon en un campamento de verano donde fue la única niña de color.

Al final del primer día la niña regresó a casa felíz, contando todo lo que habían hecho durante el día hasta que de repente se perdió la ilusión al contar que "era la única persona en el campamento con piel moreno y cual era la opinión de su madre acerca de aquello".

Como siempre, estas cosas nos cogen por sorpresa, así que dice Deborah que tuvo la sensación de que alguién le había dado un golpe en el estomago. Se mantuvo tranquila y así pudo mantener una conversación bastante positiva con su hija.


Para empezar, aprendió que los demás niños no habían dicho nada negativo a su hijo. Sólo mostraban curiosidad - sobre todo para saber lo que era una "adopción internacional", un concepto nuevo para ellos.

Creo que esta madre hizo muy bien con hablar todo lo posible con su hija para estar segura de los hechos antes de contemplar cualquier acción. Después se encontró en un dilema clásico que yo, como madre, he conocido alguna vez: por un lado quiso aclaralo con la monitora y poder explicar a los niños lo que era la adopción internacional etc., pero por otro lado no quiso hacer nada que podría hacer destacar demasiado a su hija sobre todo para que la niña no pasara verguenza...

Después de la conversación con su hija, pasó toda la noche pensando en si debe o no debe de decir o hacer algo y por la mañana decidió lo que me parece lo más sabio: esperar durante un día para pensarlo más y tomar cualquier decisión con calma.


Ese mismo día la niño volvió del campamento con una sorpresa para su madre. La monitora, Diana, se había dado cuenta de la intensa curiosidad de los niños y de que la hija de Deborah había estado incomoda, así que por iniciativa propia, había diseñado una actividad para ayudar a los niños a desarrollar una mentalidad más abierta.

Hizo grupos de tres niños, uno de 6 años, otro de 7 años y otro de 8 años. Los de ocho eran los encargados de apuntar los resultados del grupo.


Primero tuvieron que hacer una lista de sus diferencias. En el grupo de la hija de Deborah, según la niña, "...uno de nosotros había nacido en Estados Unidos, otro en Inglaterra y yo en Ecuador. Todos teníamos un color de pelo diferente y ojos de distinto color y yo tenía un color de piel diferente. Y, también, por supuesto, todos estabamos en cursos distintos."


Según la madre la lista era muy corta y parecía que la monitora se había esforzado para asegurar que los niños se dieron cuenta de eso.


Luego Diana pidió a los niños que elaboraron una lista de todas las cosas que tenían en común - y era una lista muy largo - que les gustaron nadar, cantar, bailar, vestir de la misma ropa, escuchar la misma música, participar en los mismos juegos, pintar sus uñas etc.

Deborah se quedó impresionada con lo fácil que es influir en las actitudes de los niños de primaria. Como dice ella, a esa edad el sólo hecho de gustar el mismo sabor de helado es motivo para formar una fuerte amistad :) ...así que los niños sólo necesitaban un empuje hacía la dirección adecuada para olvidarse rápidamente de sus diferencias y enfocarse en lo que les unían.

Dice que su hija hizo muchos amigos durante ese verano y no volvió nunca a mencionar que se sintiera distinta a los demás.
Si os gusta leer historias verdaderas de adopciones, se puede acceder en inglés a bastantes relatos:
Historias escritas por personas adoptadas


1 comentario:

Abril dijo...

A veces tomarse las cosas con calma, hace que todo salga un poco mejor.

Estaré por aquí, ya sabes ;)

un beso