domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Mea Culpa?


Texto de la Imagen:)
"CULPA - El secreto del éxito es saber a quién echar la culpa por tus fracasos."




Hay una anécdota en el libro "Soy Adoptado" (1) que me gusta mucho.


Una madre acudió a la consulta del Dr Brodzinsky porque su hijo adoptado ya no quería oír hablar de su adopción. Así va:


"-Parecía haber sufrido un cambio - nos dijo su madre-. Ya no era el niño feliz que yo conocía. La mayor parte del tiempo tenía un aire triste cuando surgía la cuestión de la adopción y, algunas veces, incluso se enfadaba. Empecé a pensar que le pasaba algo, que quizá tuviera problemas emocionales. También me preguntaba si habría hecho algo mal. ¿Habría insistido demasiado y demasiado pronto en el tema? ¿ Le habría obligado a enfrentarse a él antes de que estuviera preparado para ello? Me sentía tan confusa e infeliz como él mismo."


Lo que más me gusta es el comentario del doctor que viene después:


"Al igual que muchos padres, la madre de Brian (el niño) atribuía los cambios en su hijo a un problema, bien de él, bien de ella. Lo que no comprendía es que esos cambios son muy corrientes y absolutamente normales..."


Luego explica que es normal que los niños se sienten contentos - e incluso superiores a los demás niños - por el hecho de ser adoptados, hasta cierta edad. Pero que a partir de los 6 o 7 u 8 años, se dan cuenta de que para llegar a su actual familia, también tenían que haber perdido a otra familia. Entonces, comienzan a interpretar su situación de otra manera.


Para mí, la moraleja de esta historia está en como los padres y las madres buscamos explicaciones por los problemas de nuestros hijos. A veces llegamos a culpar a nosotros mismos o por lo menos a rastrear el pasado en busca de cualquier cosa que podríamos haber hecho para causar/agravar o no solucionar algún problema de nuestro hijos.


Esto en sí, no me parece malo. Es útil analizar nuestro papel en cada situación y buscar responsabilidades para así rectificar y mejorar en el futuro. Pero también es importante recordar lo fácil que es perdernos en explicaciones e interpretaciones que no son correctas. Es fácil sentir culpable cuando no tenemos la culpa, cuando el problema se debe a factores que quizás desconocemos.


En 1978, un psiquiatra americano, Dr Scott Peck, escribió en un bestseller(2). "El problema de distinguir entre lo que es y no es nuestra responsabilidad en esta vida es una de las problemas más importantes de la existencia humana. Nunca está solucionada por completo; durante toda nuestra vida debemos analizar y volver a analizar donde están nuestras responsabilidades en medio un proceso de cambio constante."




Entonces, ante un problema con nuestros hijos, nos enfrentamos a este dilema. Y existe la posibilidad de asumir demasiada responsabilidad, de culparnos por algo que quizás no tiene mucho que ver con nosotros y nuestro estilo de parentalidad.


Sin embargo, existe otra posibilidad también - la de no asumir suficiente responsabilidad. Porque a veces sí tenemos mucho que ver con los problemas de nuestros hijos - sean adoptivos o biológicos.



Siempre me acuerdo las palabras de una joven madre en un programa de Super Nanny: "Yo solo quiero que mi hija cambia," dijo entre lágrimas - cuando era más que evidente que la que tenía que cambiar primero era la madre. Su estilo de parentalidad estaba teniendo efectos desastrosos sobre su hija de 3 o 4 años, que se portaba como un animal salvaje.



En las familias adoptivas existe el peligro de echar la culpa de todo - de cualquier problema - a la mochila del niño, a su historial, a su genética, a su temperamento, a las privaciones que sufrió. Todo hay que tomarlo en cuenta, pero a veces podría ser que pesa más la respuesta de los padres que la mochila que el niño lleva en su espalda.


Como dice el Doctor Peck, no es fácil devengar responsabilidades. No es fácil saber hasta que punto el problema viene desde fuera y hasta qué punto el problema es la respuesta que nosotros estamos dando a la situación. Vale la pena reflexionar sobre ello.




(1) Soy Adoptado por David Brodzinsky - pronto saldrá la nueva edición en Español gracias al editorial Grupo 5.




(2) The Road Less Travelled (Una Nueva Psicología del Amor). M. Scott Peck. 1978, p. 37

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante tu entrada, una vez más...
Acabo de leerme un libro, no sé si lo has comentado en el blog, que me parece muy interesante: Beyond consequences,limits and control. Y una de las cosas que apunta es precisamente esto que decías al final de la entrada: que a veces, la propia actitud de los padres modela la de los hijos, que les hacemos entrar en loops de los que es difícil salir (y nosotros entramos a su vez en ellos). Me ha parecido muy interesante, muy chulo el planteamiento.

http://madredemarte.wordpress.com/

maría dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, a veces nos volvemos locos intentando buscar explicaciones a los comportamientos de nuestros hijos, lo habré echo mal, le habre dicho muy pronto que es adoptado, será normal esto que hace, su timidez, sus miedos.
Y entonces te das cuenta que has hecho las cosas lo mejor que sabias, que ser tímido no tiene nada que ver con ser adoptado y que hiciste bien diciéndole desde el principio que es adoptado.
Simplemente es qu entorno a los 5/6 años se pasa según la psicóloga que me tranquiliza y visita, la primera adolescencia y nada más.
Que poco a poco vendrán las dudas, las preguntas y los miedos o no???.Eso me dice ella existen unas pautas generales, pero cada niño vivirá su adopción de una forma única, igual que la separación de unos padres o la muerte de un progenitor.
Un saludo

Elena dijo...

Estoy de acuerdo. Muchas veces la terapia es más para los padres que para los niños. La forma en que hemos sido educados nosotros no vale para tomarla como ejemplo para educar a nuestros hijos porque ellos han partido de un inicio de vida de la que no partimos nosotros y por lo tanto no es equiparable. Tenemos que cambiar la forma de ver las cosas, tener más paciencia, menos presión sobre ellos a pesar de que el colegio se la imponga, muchas veces transmitimos en ellos nuestras propias frustraciones, inseguridades y miedos, o sea, nuestra propia mochila, que también llevamos, y muchas veces se trata de ser conscientes de esto, porque mientras no superemos nosotros todo eso, poco podremos ayudar a nuestros hijos a cargar la suya (su propia mochila).

elena

Patri dijo...

Coincido en lo que menciona el Dr. David Brodzynski. En un principio recuerdo que yo le contaba a todo el mundo que era "adoptada", a las maestras, a mis compañeritos de escuela, como si fuera algo especial. Con el correr del tiempo se transformó en una gran vergüenza, algo que tenía que mantener oculto, un dolor difícil de explicar y de poner en palabras... Gracias por tus posts que siempre hacen reflexionar.

Ana Mercedes Escobar dijo...

Muy interesante lo que escribiste. Creo que el origen de todo esto está en los estigmas sociales del adoptado, sobre lo que puedes leer en mi blog, http://adopcion-experiencia.blogspot.com/

No se trata de que el adoptado se sienta especial o superior, o que se reconozca como inferior. Detrás de la adopción, hay una historia cultural de nuestra civilización, que no podemos cambiar porque hace parte de nosotros.