viernes, 25 de marzo de 2011

El Poder de los Secretos


La verdad es para el ser humano como la luz del sol para una planta.


He descubierto varios secretos familiares, información que se escondía en los armarios familiares sobre toda clase de problemas de los que nadie quería hablar por el qué decir de los demás...


¿Qué más se esconde en mi árbol genealogica?


¿De verdad fue toda una santa mi bisabuela materna? ¿De verdad conozco a las personas de mí alrededor? ¿O se sienten la necesidad de guardar apariencias ante mí y los demás?


Pero más que nada me pregunto: ¿Para qué sirven las experiencias en la vida si no las compartimos con los demás? ¡Cuánto podríamos haber aprendido de la vida - incluso los errores de nuestros progenitores y antepasados - si no hubieron guardado tantos secretos!


En este blog hablo mucho de la necesidad de hablar de forma abierta y natural de la adopción, pero me gustaría destacar la importancia de la sinceridad en todos los ámbitos. Porque la verdad es como la luz, es también libertad, nos lleva hacía la sabiduría y hace que valga la pena vivir.


Cuando mis padres se separaron, nadie nunca habló con mis hermanas y yo. Tenía yo 13 años y las pequeñas tenían más o menos 10 y 6 años. Cuando recuerdo esa época de mi vida, es como si se escondiera el sol. Lo recuerdo como oscuro y frío - incluso en casa... y triste. Mi padre se fue. Mi madre se incorporó al mundo laboral de repente y nos encontrábamos en casa solas - y nadie nunca hizo el esfuerzo para explicarnos la situación. Nadie nos preguntó como estábamos, como nos sentíamos. Nadie sabía ayudarnos a encauzar nuestro miedo, ansiedad, rabia...


Noté dos reacciones inmediatas en mis hermanas. La de 10 dejó de hablar - casi. Esto me dio pánico y me acuerdo mis intentos inmaduros y desesperados para obligarle a hablar, a decirme como se sentía. Le rogara que saliera de esa cueva en la que se estaba recluyendo ensimismada. La pequeña comenzó a quejarse de problemas físicas imaginarias, de vendarse un pié, un brazo - y de tener accidentes. También me producía ansiedad, pero no sabía qué hacer, no tenía con quién hablar.


Hay que hablar con nuestros hijos - de todo. Los secretos familiares ¿Para que sirven? ¿A quién estamos protegiendo? Lo más seguro es que nos estamos protegiendo de nosotros mismos, porque os puedo asegurar, que no hablar con los niños de la realidad de la familia y de la realidad de la vida - en todos sus ámbitos - sólo les produce más ansiedad. Necesitan hablar. Necesitan saber la verdad, poco a poco, adaptado a su edad por supuesto, pero, como una planta que necesita el sol para crecer, nuestros hijos necesitan estar siempre recibiendo dosis de la verdad para ir creciendo por dentro.


Y con esto no quiero decir que sólo necesitan saber el lado negativo de la verdad, también necesitan saber la verdad sobre lo que tenemos que hacer para vencer las dificultades en la vida, las virtudes que tenemos que cultivar, las actitudes que más nos convienen, las fortalezas de nuestra familia, lo que podemos aprender de nuestros logros y el esfuerzo requieren.


Creo que demasiados niños viven en una burbuja, protegidos. Los padres parecen estar esperando el día en que se hagan "mayores" - un día que nunca parece llegar, hasta que esté ya muy tarde. Porque desde pequeños, lo niños necesitan irse acostumbrando a la verdad.


En el libro "Diciendo la Verdad a tu Hijo Adoptado o de Acogida" (sólo en inglés) los expertos en adopción, Betsy Keefer y Jane E. Schooler, han estudiado los efectos de los secretos en las familias:


1. Los secretos distorsionan la realidad

Hacen difícil comprender la realidad porque faltamos información.


2. Los secretos dañan la confianza y la intimidad

Cuando los demás descubren la verdad, sufren las relaciones. Mi experiencia personal avala este concepto. Cada vez que he descubierto un secreto, una exageración o una mentira en mi familia, mi relación con las personas implicadas sufre un duro golpe. He perdido respeto para algunas personas de mi entorno íntimo. He sentido rabia hacía otros. Ha sido difícil a veces perdonar.


3. Los secretos crean exclusión y división

"Los que saben todo" forman parte de un club exclusivo. Los que no saben están fuera. Los que están dentro del club tienen que tener cuidado cuando hablan con los demás, así van construyendo muros...


4. Los secretos destrozan la autenticidad

Hay que crear "la máscara familiar" para vivir en familia con los secretos.


5. Los secretos producen fantasías

Como no consiguen información, los niños crearán su propia versión de los hechos.


6. Los secretos fomentan los miedos

Los niños intuyen el secreto y de allí crece el miedo y la ansiedad sobre lo que imaginan que podría ser la realidad - y lo que imaginan suele ser bastante peor de lo que es, incluso cuando no sea así, puede ser un gran alivio saber por fin la verdad.


7. Los secretos fomentan la vergüenza

De forma indirecta, comunican que el tema es un tabú, una vergüenza.


En conclusión, la familia es una escuela de vida. Hay que aprovechar todas nuestras experiencias para comunicar con nuestros hijos sobre la vida misma, las personas, lo que es importante y lo que no, los errores que se puede hacer y los caminos hacía el éxito.


¡Viva la Verdad!

4 comentarios:

Mei dijo...

qué entrada más inteligente...como siempre Brenda me bebo lo que escribes...qué gran verdad decir siempre la verdad...!!!

Mónica Castaneda U. dijo...

Los Secretos lastiman mucho, hablemos siempre con la verdad : )

Saludos

Anónimo dijo...

Es una de las cosas que más le agradezco a mi madre: habernos contado siempre mucho/todo, habernos hablado y explicado mucho y no habernos mentido nunca.

Saludos
EvaDE

Unknown dijo...

una vez más, me encanta tu escrito; soy madre de dos niños adoptados, y algo que tengo siempre muy presente es decirles la verdad y no solo en el tema de su historia, si no en todos los ámbitos de la vida (claro, que esto es extensivo también a los biológicos). pienso que la verdad está directamente relacionada con la confianza, al igual que la mentira (o esconder la verdad) se relaciona directamente con la desconfianza. creo que el que los niños confíen en sus padres es fundamental, y esa confianza la tenemos que ganar entre otras formas, diciendo la verdad.
gracias brenda.