martes, 6 de abril de 2010

Familias Multi-Étnicas: El Mundo en sus Manos


Imagen de Allposters.es
"Actitud - El pesimista se queja del viento, el optimista espera que el viento cambiará. Un líder hace ajustes a las velas."


Todos ya conocéis la historia de las relaciones entre razas en Estados Unidos. Y todavía las minorías tienen mucha lucha por delante. El racismo está en todas partes y la historia de EE.UU. solo demuestra como es de largo el camino hacía la igualdad.



Muchos son los padres adoptivos en EE.UU. que estan mirando hacía las familias minoritarias tradicionales en Estados Unidos (es decir las familias afroamericanos, hispánicos y asiaticos) para saber como enfocar la crianza de sus hijos adoptivos que también pertenecen a razas minoritarias. Me he metido en este corriente y estoy fascinada con los resultados que ya estoy obteniendo.



Como cualquier madre de raza blanca, perteneciente a la clase mayoritaria en el occidente, me costó al principio comprender como la raza podría ser un factor importante. Si quiero a mi hija, si ella tiene una familia que la adora, si tiene buenos amigos y consigue una buena formación - ¿Que importa su raza?



Y como cualquier madre blanca de un niño de otra raza minoritaria, me estoy perdiendo la inocencia. La raza sí importa. No a nosotros, pero sí a algunas personas. Es una realidad y nos tenemos que preparar para ello. Por eso, miramos hacía las familias que ya llevan tantas generaciones luchando por la igualdad para saber más sobre como es de verdad la experiencia de la minoría - como se sientan, como les tratan, cual es su lucha, que es lo que más les preocupa. Y, sobre todo, ¿Cual es su respuesta ante la injusticia? ¿Que dicen? ¿Como consiguen que un hijo sigue con la cabeza alta a pesar de algunas palabras o comportamientos inaceptables y personas que les tachan de "menos" o "malos" sólo por pertenecer de otra raza?



Hace poco ví la pelicula "El Mundo en sus Manos", la historia real de un cirujano afro-americano que tuvo que enfrentarse alguna vez con los estereotipos de la sociedad americana. Lo recomiendo a todos. Destaca una corta escena en que la directora de su colegio humilla a su familia y la madre decide tomar las riendas y demostrar a todos quienes son y donde pertenecen sus hijos en la sociedad.


Peliculas como estas son ideales para ver con hijos de 10 años en adelante. Nos pueden ayudar para hablar de las relaciones entre culturas, razas y cualquier colectivo de personas que parece sufrir desventajas - pero quienes no tienen porque dejarse vencer por los prejuicios de la sociedad.



Un tema central en "El Mundo en sus Manos" es la lucha de la madre por la identidad y el éxito de sus hijos. Ella se esfuerza siempre para crear altas expectativas en sus hijos. Siempre les asegura que el éxito ya lo tienen dentro, que "todo está aquí" (señalando al cerebro).



A cambio de esta visión, acabo de leer el escrito de un periodista afro-americano lamentando las altas expectativas que le dieron sus padres - siempre diciéndole que la raza no le iba a suponer obstáculo ninguno. Eran los años setenta y el optimismo después de todo lo recientemente ganado todavía era muy alto, sus padres creían que todo se iba a hacer cada vez más fácil, que su hijo no tendría que luchar para ser "uno más" en la sociedad.







Según él, se equivocaron. No importa lo que él hace (trabaja para los Times de Los Ángeles y ha participado en un proyecto ganadar de un premio Pulitzer) siempre la gente destacará el color de su piel, como si "lo ha hecho a pesar de ser negro". Está harto de estar siempre encasillado por su raza, de no sentirse cómodo del todo en una sociedad blanca. Dice que la igualdad no ha llegado todavía, que el racismo sigue aúnque sea a veces difícil de percibir desde fuera.



A la vez que comprendo a la madre en "El Mundo en sus Manos", también comprendo a este periodista. Y, es que demuestran la tarea díficil de los padres: por un lado convencer al niño de que es capaz de cualquier cosa a la vez que le preparamos para la dura realidad: no todo el mundo estará tan convencido de su valor como ellos.



El poder que disfruta la mayoria en cualquier sociedad hace que las minorías sienten la necesidad de trabajar el doble para consiguir lo mismo que los demás - el mismo respeto, el mismo prestigio, el mismo valor.



Los que no formemos parte de alguna minoría podemos discutir esa "realidad" pero ¿Hasta que punto pueden nuestros argumentos ser creíbles? Puedo decir que no estoy de acuerdo, que no es así, que cada uno tiene las mismas posibilidades de conquistar en la vida y de ser aceptado por quien es si sólo se esfuerza...



...Pero de verdad ¿Que sé yo de la lucha de personajes como los que he conocido en esta pelicula y el ensayo de este periodista?



Creo que las familias adoptivas hacemos bien escuchando a las personas minoritarias que ya saben lo que es criar sus hijos en el occidente. Y tenemos que reflexionar mucho sobre las lecciones que nos dan.

9 comentarios:

Roberto Pili dijo...

Tenemos no sólo el derecho, si no la obligación de transmitir mensajes positivos a nuestros hijos. Tenemos la obligación de no sucumbir a la idea que este mundo es necesariamente un infierno para los que nos son como los demás. De que esa idea es equivocada tienen la prueba justamente entre los que les rodean. No sólo su familia, cientos, miles de familias y de gentes. A quién me dice "tu no puedes hablar por que no eres negro" yo contesto, que es tan obvio que no soy negro, como es obvio que soy blanco, y soy de los muchos blancos que no tienen prejuicios, que no son racistas, que nunca mirarán mal a sus hijas por que llega a casa con un novio de otro color, que se alegra de trabajar con negros, chinos e con italianos :-)) y que se delicia del mundo por que está lleno de colores.
Y que los que así pensamos somos muchos y nos ven, aquí estamos para demostrarlo.
Frente a los mensajes catastróficos, que hacen de lo malo la única realidad de peso, hay que emitir otro mensaje, con seguridad y en voz alta: el mundo puede ser muy complicado, la vida lo es, pero existen enormes espacios de felicidad y serenidad y existen miles de ejemplos que lo demuestran.
Las cosas no son de una forma u otra, son casi siempre llenas de muchos matices.
Qué fuerza podría transmitir a mis hijas, si de verdad creyera que las he traído a un mundo de blancos donde solo hay espacios para sufrir de discriminaciones¿?
Qué equivocado estaría si así pensara. Y si lo pensara difícilmente podría transmitir lo contrario.
Por el hecho de que existen racistas, tengo que transmitirle que este mundo es sólo de los racistas¿?
Hija no pienses que todos te querrán por ser la que eres, algunos te atacarán justamente por eso. Pero son los que se equivocan.
Ciertamente les ayudará el hecho de que estamos rodeados de familias adoptantes y tienen decenas de amigas chinitas.
Por suerte ha habido muchos años en los que la adopción internacional en España ha gozado de buena prensa y muchas familias hemos podido crear familias en un ambiente de serenidad, frente a la peligrosa moda actual de ver sólo el lado oscuro y de magnificarlo como si fuera lo malo lo único que cuenta.
Aquí estamos :-)) ejemplo, para citar otra película de que: La vida es bella :-))

Roberto Pili dijo...

Una cosa más: dices justamente Brenda que el camino es largo. Quizás nunca lleguemos de verdad a un final. Hay que disfrutar del camino. El mundo justo no existe, no existe mundo perfecto, ni negro entre negros, ni blanco entre blancos. Hay espacios que se mezclan. Espacios que se mueven continuamente.

Brenda Padilla Ericksen dijo...

Hola Roberto,

Como siempre, me alegro mucho de ver un comentario tuyo - que siempre tienes tanto que aportar.

Espero que el tono de mi escrito no sea catastrofista.

Pero la realidad es que me ha sorprendido las reacciones racistas que he encontrado en la zona donde estoy yo. Desde un compañero de trabajo (hace bastantes años) que montó un escándolo cuando dije que estábamos en tramites para adoptar en China hasta otra persona en aquel época que hizo un comentario sarcástico junto con un gesto para distorsionar los ojos/párpados... me dejó sin palabras, de verdad.

Desde entonces he tenido que reconocer que de vez en cuando se puede tropezar con personas con ideas racistas - a veces estas cosas surgen de personas que yo nunca hubiera sospechado que escondieron actitudes así...

Recientemente, desde que mi hija me dijo que otros niños la estaban llamando "perra china" he empezado a cambiar de rumbo, para tomar acción. Ahora tengo que hacer más que escribir, tengo que hacer algo para que ella sepa defenderse por dentro y por fuera.

Por mucho que digo yo que son sólo palabras y que no pasa nada - ella no lo ve así.

Tienes toda la razón: el mundo es maravilloso, la vida es bella, hay mucho bueno y la gran mayoría de las personas son buenas - pero hay que saber responder a las que no lo son, y también a las buenas personas que se equivocan, que - sin querer - sucumban a los estereotipos sobre raza, por ejemplo, incluso los positivos (porque mi hija no tiene porque ser matemática solo porque procede de un país asiático).

Antes, cuando la niña era más pequeña, todo esto era para mi "teórico". Ahora no lo es. Ahora vi el dolor en sus ojos cuanto contaba lo de "perra china".

Tampoco vamos a caer en la trampa de hacerle la víctima. La clave está en que ella misma se "re-ubica" en seguida - orientándose hacía todo lo bueno de la vida, que sepa responder de forma contundente para seguir inmediatamente con lo suyo.

Hay niños que hacen esto con naturalidad, pero luego hay otros más sensibles. La mía es más sensible y busca a alguíen para rescatarla - algo que tiene que ir cambiando, porque la única persona que te puede "rescatar" del apuro de enfrentarse con una persona mal educada es uno mismo.

Supongo que me preocupa tanto porque yo mismo tengo dificultades para defenderme ante una de esas "barbaridades civilizadas" (un comentario 100% no adecuado) - con la educación que tengo, siempre me quedo sin palabras (y muchas veces con una estúpida y bien educada sonrisa en mis labios - para no ofender, ni causar problemas...).

Es eso lo que quiero cambiar. Si no sé yo defenderme ante un mal comentario ¿como le enseño a ella?

Por eso me interesa mucho ver como otras familias - esas "familias minoritarias" de las que hablo - responden ante estas situaciones. Sobre todo me interesan las familias que son modelos de superación, que no han dejado que las actitudes de los demás les afecten, familias como la de Ben Carson (El Mundo en sus Manos).

De nuevo, espero que el mensaje que mando sea positivo y no catastrófico.

Y otra vez, ¡gracias!

Brenda

laura dijo...

Cada día vivo, no como madre, desde el otro lado, el profesional ambas cosas. Es decir hay familias que parecen estar intactas a la crítica, con niños que tienen una buena autoimagen y autoestima, pero tambien veo el racismo, el cinismo y la hipocresía orientada a familias diferentes por el solo hecho de serlo y a niños más sensibles que no tienen armas para defenderse y no saben, por más que sus padres lo intentan y lo intentan bien.Y es que a veces cuando el problema no solo esta fuera, en la calle y sus piniones, sino que tambien esta dentro de uno mismo; porque tambien hay que saber vivir siendo adoptado, diferente o de raza mimnoritaria,cuando ahí hay un bloqueo emocional, los niños sufren y lo pasan mal. Es decir existen los dos lados. Del bueno, que Roberto tiene la suerte de disfrutar (y seguro que los papis tambien han sabido hacerlo muy ben) y del menos positivo que viven otras familias. Solo me gustaría terminar como hago con mis niños "sacando lo positivo de lo menos positivo"; estos niños que lo pasan mal, son despues más sabios y más capaces de enfrentar los reveses de la vida.
Brenda, yo trabajo con mis niños a través de role-playing poniendolos en situaciones en los que son lastimados por otros y ensayo formas de responder sin dolor y con autoestima, trabajando con el modelado a través de mis respuestas; que despues hacen suyas (estas respuestas las tomo de manuales como el que hablas) se me ocurre que podrías hacerlo con tu hija. Por lo demás ya sabes donde encontrarme.
un beso a los dos, que me enriqueceis tanto....
laura

Roberto Pili dijo...

Perdonad que sea tan charlatan :-)) el tema me atrapa!!
A mis hijas, a Paloma y Violeta, Chun está a punto de recibir el mismo sermón :-)) Les pregunté, a Paloma con 6 años, a Violeta un poco antes, pero a las dos, y sorprendiéndolas a ellas mismas: "¿Nunca nadie de tu escuela te ha llamado China de mierda, china asquerosa??
Me miraron, cuando les tocó escucharme bastante extrañadas.
Bueno, les dije, me alegro que nadie os lo haya dicho, por que quién dice eso es gente mala, que no ha entendido nada, que ataca para defenderse, pero llegará el momento que alguien os lo diga, por que en este mundo hay gente que cree que por ser de un sitio, que por haber nacido en un lugar, o por tener el color de la piel diferente, cree que uno vale más de otro. Cuando os lo digan me lo contáis, por que pasará, antes o después. Y cuando os lo digan ni caso, sabéis que no tiene razón, aunque os molestará y mucho.
El citado sermón no resuelve, no tiene eficacia comprobada, para nada, por que por mucho que uno esté preparado, cuando alguien que te gusta te maltrata, sufres y punto. El palo no te lo quita nadie.
Sólo hay que esperar, efectivamente, que el carácter de tu hija sea lo suficientemente fuerte para que vuelva a levantarse cuanto antes.
Es decir los palos llegan y llegarán, no podemos evitarlo. Se trata de llenar el depósito de mensajes positivos. Se necesitan 1000 kilos de sentido común y 1000 kilos de mensajes y energía positiva, para equilibrar un solo gramo de desprecio bien disparado. Por esto, si no vamos acumulando siempre estaremos en negativo :-)

Unknown dijo...

recientemente mi hijo que cumplió 7 años nos contó que en la escuela le molestan diciéndole que el vivió en un orfanato y le dicen sus compañeros que no jueguen con él pues vivió en un orfanato. En el recreo y el la mesa de trabajo se lo dicen a manera de decirle “piérdete”. Luego de preguntarnos que era un orfanato, pues lo conocía con otro nombre, nos contó los detalles. No creo que sus compañeritos comprendan lo que dicen, y creemos que pasará luego de esta edad algo ambigua entre niños pequeños y niños que ya pasan a ser más grandes. En todo caso, siempre existe la posibilidad que la cosa se ponga peor con reclamos sobre sus “verdaderos” padres y/o el tema del porque lo ”abandonaron” en el orfanato. Vivimos una adopción abierta y justamente él ha contado abiertamente su historia a algunos de sus compañeros de primer grado (sino a todos). Estuvimos pensando como hacer para darle herramientas para sobrellevar esta situación, en vista de que nos comentó que el cree que eso es un asunto privado y que no le gusta que le digan eso a los otros niños que no lo saben aún (textual). Durante un viaje largo en auto hicimos lo del role-playing con efectos muy muy buenos. Cada uno rotó por los roles: yo era a veces mi hijo, su papá el niño que molestaba y él escuchaba. Así rotamos cada uno varias veces corrigiéndonos y dando cada vez mejores respuestas. Inclusive nos inventamos la posibilidad de que alguien llegue a “molestar” a los padres con reclamos respecto a el porque habíamos decidido formar nuestra familia a través de la adopción. Funcionó de maravillas pues inclusive tuvimos oportunidad de corregir lo que nuestro hijo consideraba una muy buena respuesta pero bordeaba la falta de respeto al compañero que molestaba. Veamos como sigue la cosa…
lis

Brenda Padilla Ericksen dijo...

Buenos días a todos.

De verdad esto es un tema que nos emociona ¿no?

Gracias Laura por compartir tus experiencias como profesional. Ves todos los días un amplio abanico de personalidades cada una con su carácter. Es muy útil para nosotros, los padres (que sólo vemos tan de cerca a nuestros propios hijos) tener esa perspectiva más amplia. Y el "role playing" me parece fantástico.

Me encantan las experiencias de Lis. Me imagino que se lo puede pasar bastante bien haciendo un poco de teatro con estas situaciones :)

Y Roberto, me parece estupendo que saques este tema con tus hijas por muy pequeñas que sean. Una cosa tengo claro y es que los hijos saben muy bien lo que los padres quieren y no quieren oír. Creo que tienen que saber que estamos muy enterados sobre estas cosas y tenemos interés en saberlo si pasa algo.

¿Cuantas veces he leído la historia de una persona adoptada que nunca contó a sus padres las cosas que sufrieron en el patio del colegio porque no quería hacerles daño?

Luego, también, pienso que durante la niñez, el tipo y la frecuencia de incidentes tiene que ver con el contexto social de cada uno. La situación puede variar según la zona en que vives. No es lo mismo vivir en una gran ciudad donde hay mucha diversidad que vivir en un pueblo o una pequeña ciudad con menos (o cero) diversidad donde ser una familia "diferente" significa romper barreras poco conocidas.

También creo que ayuda mucho estar rodeado de familias parecidas a las nuestras. Es algo que no he logrado todavía.

Sin embargo, el contexto social de una persona puede cambiar de forma radical a lo largo de la vida. Entonces, esperamos que esos "1000 kilos de sentido común y 1000 kilos de mensajes y energía positiva" de los que habla Roberto, tienen su efecto. Y que también sepan nuestros hijos que pueden compartir sus experiencias con nosotros.

Por mi parte, pienso seguir explorando temas relacionado con raza. Lo que estoy aprendiendo me hace ver el mundo con otros ojos...

Abrazos a todos,

Brenda

M.CARMEN-J.CARLOS dijo...

Hola.
Comparar y excluir, prejuzgar y minusvalorar lo diferente, etiquetar sin conocer, nos parece tan arraigado en la sociedad que todas esas situaciones que se comentan nos sirven de ayuda para estar preparados. Como dice la conocida cita "todos somos iguales pero hay unos más iguales que otros" por muy moderna que pueda describirse a nuestra sociedad, siempre utilizaran las diferencias para "atacar" a los de otra raza o etnia.
Gracias por explorar este tema.

Anónimo dijo...

Os recomiendo un libro que aunque no es sobre adopción si es sobre cómo se cría un niño negro en una familia blanca: la autobiografía de Barack Obama, "Sueños de mi padre". En él cuenta lo difícil que fue aprender a ser negro cuando no había tenido a mano ningún referente.
Y estoy de acuerdo con Brenda que el problema de intentar verlo todo en positivo y pensar que si no le damos importancia a las cosas, nuestros hijos tampoco se la darán, puede llevar a que nuestros hijos piensen que no entendemos su situación ("¿cómo me van a entender si son blancos?"). Creo que es tan difícil entender como se siente un negro, siendo blanco, como que un hombre pueda entender como se siente una mujer, por ejemplo. Y espero que las discriminaciones que sufro por ser mujer me ayuden a ser capaz de ponerme en la piel de mis hijos cuando ellos se sientan tratados de forma distinta por el color de su piel.

Eugenia